Defender la ley natural con medios naturales es aceptable siempre y cuando no se igualen los medios naturales con medios "sin Dios".
La razón es que actuar sin Dios no es de ley natural, sino contrario a ella. Los argumentos religiosos son también naturales, porque el primer mandamiento de la ley natural, inscrito en toda conciencia, es el Amor a Dios por encima de todas las cosas.
Por esta razón, es problemático que un cristiano actúe en defensa de la Ley Natural -de la vida, por ejemplo- de forma aconfesional, si entendemos por aconfesional no sólo no confesar la parte revelada, sino tampoco confesar la parte razonable y natural de la religión, que está inscrita en la conciencia.
La Religión Revelada no clausura el conocimiento natural de Dios, antes bien lo presupone y facilita.
Por tanto, no se puede defender una parte de la ley Natural callando y silenciando -es decir, negando por omisión-- otra parte, que es precisamente la más importante porque da sentido a la otra.
La razón es que actuar sin Dios no es de ley natural, sino contrario a ella. Los argumentos religiosos son también naturales, porque el primer mandamiento de la ley natural, inscrito en toda conciencia, es el Amor a Dios por encima de todas las cosas.
Por esta razón, es problemático que un cristiano actúe en defensa de la Ley Natural -de la vida, por ejemplo- de forma aconfesional, si entendemos por aconfesional no sólo no confesar la parte revelada, sino tampoco confesar la parte razonable y natural de la religión, que está inscrita en la conciencia.
La Religión Revelada no clausura el conocimiento natural de Dios, antes bien lo presupone y facilita.
Por tanto, no se puede defender una parte de la ley Natural callando y silenciando -es decir, negando por omisión-- otra parte, que es precisamente la más importante porque da sentido a la otra.
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