Parece que la ayuda de Dios no ha de ser implorada siempre, porque hay acciones saludables que podemos hacer por nosotros mismos con nuestras solas fuerzas naturales. Y que por eso es mejor pedir auxilio al Señor solamente para las cosas difíciles.
Por el contrario, sin Él nada podemos hacer (Jn 15, 5). Absolutamente ninguna obra saludable podemos realizar sin el auxilio de la gracia.
Concilio de Orange. Can. 10. Sobre la ayuda de Dios. La ayuda de Dios ha de ser implorada siempre aun por los renacidos y sanados, para que puedan llegar a buen fin o perseverar en la buena obra.
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