No reconocemos al otro porque está hecho a imagen de Dios, y tras la Caída no reconocemos a Dios.
Pero he aquí que Cristo viene a solucionar esto.
Nos dice que quien le ve a Él ve a Dios, reconoce a Dios.
Al poder reconocer a Dios en Cristo, reconocemos al prójimo, hecho a imagen y semejanza de Dios..
Cristo viene y ocupa el lugar de todo hombre, de todo otro, y así al reconocer a Cristo, reconocemos al prójimo en él. --Cuanto hacemos al otro, bueno o malo, se lo hacemos a Cristo.
De forma que sólo por Cristo somos capaces de reconocer lo humano de cuantos nos rodean, porque PREVIAMENTE,
por la fe en Cristo,
SOMOS CAPACES DE RECONOCER A DIOS-- y lo reconocemos en cuanto criaturas y en cuanto hijos.
El proceso es éste:
1. Dejamos de reconocer a Dios.
2. Por ello, dejamos de reconocer a nuestro prójimo =Deshumanización.
3. Pero Cristo llega y ocupa el lugar de todo prójimo.
4. Como Cristo es Dios, reconocemos a Dios en Cristo por la Gracia, y al reconocer a Dios, reconocemos al prójimo = Humanización.
He aquí el proceso por el cual la fe nos conduce al verdadero humanismo.
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