El cristiano moralista, con su carpeta de valores y más valores y proyectos y programaciones y subcarpetas con artículos y documentos y proyectos de cambio y de sociomotivación oenegética,
no se da cuenta ni de lejos en qué consiste la Divina Liturgia:
En asistir plenamente y participar plenamente en un culto de tal manera PÚBLICO
que están presentes cielos y tierra, santos y purgantes y vivos y pasado y presente y los ángeles todos en una adoración expiatoria bajo la forma de Cena
que te arrastra a una profundidad atemporal
en que vienes a dejar de ser lo que eres: pasar de simple criatura originariamente caída y maltrecha y malparada,
a ser hijo del Creador, hermano de su Verbo creador, por el Espíritu recreante con que ambos se aman.
--y pasas a ser algo nuevo imposible para ti si no es POR GRACIA -es decir, por Liturgia.
Y es que la Liturgia no es sino el desenvolmiento de la Gracia
y tu dejarte arrastrar por ella,
a merced de su torrente y de sus ascuas,
en su absoluta gratuidad ardiente e inefablemente recreadora.
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