martes, 7 de mayo de 2013

El arcano de la Liturgia


Que algo que sucedió en los abismos del tiempo, se haga presente y operante en este momento, sólo es posible en la Liturgia.

El Mito se ha vuelto innecesario como vía de acceso al Logos. Para eso crece hacia el pasado y hacia el futuro la Liturgia Divina, que contiene lo inefable de lo mítico como sustrato natural.  

Es la memoria potente de la celebración, que atraviesa milenios, y hace surgir de la oscura sima del misterio los planes mismos de la misericordia de Dios.

La Liturgia celebra y pone en práctica las buenas ideas del Logos. Solamente ella es capaz de decir y de mostrar a la vez el orden de la gracia.

Lo ancestral de la naturaleza humana, que antes era imaginado en los mitos, ahora es recreado en la Liturgia de la Iglesia, que reaviva lo ancestral, y cuando recuerda y representa lo sobrenatural gratuito, hace brotar de nuevo el arcano.

La Liturgia es memoria tan potente, que recordando lo sobrenatural, hace presente para nosotros incluso los arcanos más profundos, donde mora lo ancestral.

Las rúbricas son a las nígricas como el vaso a un agua que siempre rebosa.

La Liturgia celestial horada nuestra vida terrena y hace un surco en ella, en que siembra el Espíritu Santo

La Liturgia no cabe en el Rito, rebosa en nuestra vida, desborda el comienzo y el final de la celebración y va más allá, viniendo desde el principio.

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