sábado, 26 de enero de 2013

Que la Ley Natural no se defiende sola -si la partimos

Se da entre buenos cristianos, comprometidos con la causa de la vida, la familia, y otros aspectos de la defensa de la Ley Natural,
 
una obsesión por parecer neutrales, por no hablar de Dios ni de nada sobrenatural, por no orar públicamente, por limitar la cuestión al plano exclusivo de los valores morales, como si la apertura a la vida, el matrimonio, los métodos  de paternidad responsable (que no de anticoncepción), etc., se defendieran solos, por sí mismos.
 
Pero hemos de tener en cuenta algo que, en esta cuestión, es transcendental:
 
Que la Ley Natural no se defiende sola, lo demuestra el estado de la cultura de la muerte, masiva en nuestra sociedad postmoderna: ha rechazado a Dios Creador  y, con este rechazo, la primera perjudicada ha sido la Ley Natural: la familia, el matrimonio, los enfermos, los nonatos..... Luego no se defiende sola sin Dios

El conocimiento y amor de Dios pertenecen a la misma Ley Natural. Luego excluir a Dios de la defensa de la Ley Natural no es defender la ley Natural, sino parte de la misma, que queda mutilada. Sin su fundamento divino, la Ley se convierte en ética. Y la ética, hermanos, no tiene el poder de Dios.

Luego si hacemos una defensa de la ley Natural en la que Dios está ausente, (bajo la excusa de un apostolado más eficaz ¡!, para llegar a más gente, para no molestar o alejar a los que aborrecen a Dios, etc.) excluímos a Dios de nuestro apostolado, y hacer apostolado sin el apoyo de Dios no es buena cosa.

Conclusión: la familia, el no nacido, el matrimonio, etc., no defienden por sí solos. Hace falta Dios explícito, presente. Porque Dios es el fundamento de la misma ley Natural.

Sin Dios, todo queda reducido a una cuestión de valores

 Y los valores, ya se sabe, se los lleva el viento, como palabras humanas que son.

jueves, 17 de enero de 2013

De absurdos apostolados y bocas cerradas


Un cristiano que, en un mundo como el actual, no hace apostolado explícito de Cristo y del poder de Dios,
 
me parece que es un cristiano absurdo, que cree que es mejor tener la boca cerrada que predicar la Palabra de Vida,
 
o que tal vez confía más en el no-poder, o en la sabiduría de psicólogos o moralistas de universidad.
 
Un apostolado basado en valores, autoestima, buenos propósitos, o planes de vida moralistas y perfectos, es un absurdo.
 
Porque no somos santos por los valores, ni por el plan de vida, sino por la acción profunda del Espíritu Santo.
 
El Nombre de Jesús no puede callarse, hermanos, para que sean pronunciados los nombres de los valores humanos, del deporte o de las falsas promesas de la ética en este mundo tenebroso, donde la ley Natural es sombra pisada y pisoteada .
 
Abramos la boca, pues, y pronunciemos el Nombre que está sobre todo nombre, para que hable Dios a través de nosotros.

miércoles, 9 de enero de 2013

No conocemos cómo era la desnudez en el estado originario. Sólo conocemos la desnudez en el estado caído, que es fuente de vergüenza y herida de la concupiscencia.

Por esto, no podemos decir que en la gloria habrá desnudez tal y como conocemos la desnudez, ni que el problema sea sólo nuestra mirada, pues el mundo creado entero fue desordenado, no sólo nuestra mirada, sino el mismo orden creatural

Es decir, que la desnudez, tal y como la conocemos, es propia del mundo caído y no del mundo en santidad.