jueves, 17 de enero de 2013

De absurdos apostolados y bocas cerradas


Un cristiano que, en un mundo como el actual, no hace apostolado explícito de Cristo y del poder de Dios,
 
me parece que es un cristiano absurdo, que cree que es mejor tener la boca cerrada que predicar la Palabra de Vida,
 
o que tal vez confía más en el no-poder, o en la sabiduría de psicólogos o moralistas de universidad.
 
Un apostolado basado en valores, autoestima, buenos propósitos, o planes de vida moralistas y perfectos, es un absurdo.
 
Porque no somos santos por los valores, ni por el plan de vida, sino por la acción profunda del Espíritu Santo.
 
El Nombre de Jesús no puede callarse, hermanos, para que sean pronunciados los nombres de los valores humanos, del deporte o de las falsas promesas de la ética en este mundo tenebroso, donde la ley Natural es sombra pisada y pisoteada .
 
Abramos la boca, pues, y pronunciemos el Nombre que está sobre todo nombre, para que hable Dios a través de nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario