martes, 27 de marzo de 2012

Ni de lejos

El cristiano moralista, con su carpeta de valores y más valores y proyectos y programaciones y subcarpetas con artículos y documentos y proyectos de cambio y de sociomotivación oenegética,


no se da cuenta ni de lejos en qué consiste la Divina Liturgia:

En asistir plenamente y participar plenamente en un culto de tal manera PÚBLICO

que están presentes cielos y tierra, santos y purgantes y vivos y pasado y presente y los ángeles todos en una adoración expiatoria bajo la forma de Cena

que te arrastra a una profundidad atemporal

en que vienes a dejar de ser lo que eres: pasar de simple criatura originariamente caída y maltrecha y malparada,


a ser hijo del Creador, hermano de su Verbo creador, por el Espíritu recreante con que ambos se aman.

--y pasas a ser algo nuevo imposible para ti si no es POR GRACIA -es decir, por Liturgia.


Y es que la Liturgia no es sino el desenvolmiento de la Gracia

y tu dejarte arrastrar por ella,

a merced de su torrente y de sus ascuas,

en su absoluta gratuidad ardiente e inefablemente recreadora.

lunes, 26 de marzo de 2012

Que siempre hay liturgia

Siempre hay Liturgia.

No creas que cuando acaba la Misa y el templo se cierra y vacía

acaba la Liturgia.

Mientras permanece ardiendo la lámpara del Sagrario

la Liturgia continúa,

los cielos y la tierra permanecen abiertos al Río de la Vida

y el canto angélico desborda todos los altares del mundo.

Mientras habita el Señor en el Templo

la Liturgia continúa.

Casi todos los errores en teología

Casi todos los errores en teología proceden de una confusión de órdenes:

el orden de lo natural

y el orden de lo sobrenatural.

El ser humano tiene capacidad para conocer a Dios de forma natural,

si bien dificultada por el pecado originario.

La fe teologal, sin embargo,

que no es creencia subjetiva, sino virtud gratuitamente infundida por Dios

a través de la Iglesia,

da acceso de no visión a las verdades reveladas,

ante cuyo misterio es impotente la razón sin la Gracia.

Pero esto no implica que las verdades de fe sean irracionales, sino sobre-racionales.


La fe perfecciona con su luz la razón humana.

Por esto la Revelación recuerda verdades accesibles a la sola razón natural,

porque ésta está ofuscada por el pecado,

pero estas verdades de luz natural no son propiamente doctrina cristiana revelada,

sino preámbulos de la fe.

domingo, 25 de marzo de 2012

No fíes de la obra buena

No te fíes de la obra buena, aun siendo buena,

en especial si no anda por medio la obediencia
o no está en sintonía con tus deberes de estado.

Mira que el demonio tienta a la persona espiritual

con obras de luz,

y no con obras de sombra,
como al hombre carnal.

Y no busques para tu vida obra buena

si no es perfectamente obediente
a la voluntad de Dios.


Discierne y ora.

viernes, 23 de marzo de 2012

Una simple hipótesis piadosa

Es una simple opinión, un pensamiento amoroso, una hipótesis piadosa -- sometida al juicio de la Iglesia.

Lo pienso a menudo, cuando medito en su incalculable santidad :

La inmaculada concepción de San José....

martes, 20 de marzo de 2012

A la manera caída

No seas relativista.

No puedes ser sólo observador.

Eres persona.

Hombre o mujer, necesitas a Dios, en cuanto criatura.

Necesitas a Cristo, en cuanto criatura CAÍDA.

Ciertamente, puedes ser feliz a la manera caída.

Es decir, pues engañarte y creer que vives.

Pero no tienes ni idea, si crees que así puedes ir tirando,

no tienes ni idea

de Quién es Aquel que da su vida sobrenatural por ti

para que alcances la perfección eterna.

domingo, 18 de marzo de 2012

Que la técnica nunca es sólo técnica y como todo saber ha de ser purificado por el saber teológico

Continuamos nuestra reflexión sobre la esencia de la tecnología postmoderna,

especialmente de la biotecnología, con una serie de apuntes sueltos a partir de las palabras de Benedicto XVI en Caritas in Veritate, capítulo sexto.

"La técnica nunca es sólo técnica". (C in V, 69)

Esta afirmación del Santo Padre resume la esencia del problema.

Los recursos tecnológicos no son SÓLO herramientas indiferentes o inermes.

Son algo más.

Son la objetivación de la voluntad humana postmoderna y del espíritu de la época que los engendra.

¿Qué es una objetivación? La realización material y efectiva en el tiempo y el espacio de una intención subjetiva del ser humano.

Una objetivación de un elemento subjetivo (las aspiraciones del ser humano, como dice el Papa) es su SALIR DE DENTRO HACIA AFUERA cobrando realidad interactuante,

realidad capaz de influir en otros sujetos ATRAYÉNDOLOS HACIA SÍ POR SINTONIZACIÓN CON SUS ASPIRACIONES, en una cadena existencial de realizaciones colectivas, de autoexpansión.

Esa realización colectiva o cultural es la expresión de la voluntad que la anima a objetivarse en tiempo y espacio y devenir en cultura, por la cual la tecnología no es ya un mero instrumento interno individual de la voluntad, sino una expresión cultural y colectiva de la misma.

La cultura postmoderna y sus "valores" antropocéntricos se expresan tecnológicamente.

La tecnología postmoderna es la objetivación del antropocentrismo.

Ejemplo elocuente de esto es la anticoncepción. La técnica anticonceptiva --farmacológica o mecánica- es la forma en que la voluntad de la sociedad actual realiza sus "valores" sexuales. La tecnología anticonceptiva es la expresión de la mentalidad y la voluntad sexual de la postmodernidad. O para decirlo más claramente: la mentalidad sexual postmoderna expresa su cosmovisión a través de la tecnica anticonceptiva, que es la forma de la sexualidad desnaturalizada. O para decirlo como lo dice el Papa: la técnica anticonceptiva es el aspecto objetivo de la visión que de la sexualidad tiene la sociedad postmoderna.


Pero también es cierto lo contrario. La mentalidad sexual postmoderna es anticonceptiva por influencia y "tentación" (=atracción) de la tecnología anticonceptiva, que educa a las masas en la anticoncepción, tentándolas (=atrayéndolas) con promesas de independencia eudemónica y sueños de liberación. Es un círculo vicioso de inter-influencia, un anillo de poder, que diría Tolkien.

En definitiva.

Ya no estamos ante "objetos" tecnológicos inertes, sino ante ACCIONES TECNOLÓGICAS, ante un OBRAR TECNOLÓGICO que es objetivación de la voluntad subjetiva del espíritu postmoderno.

Las acciones tecnológicas son pues realizaciones operantes del "aspecto objetivo del actuar humano, cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones" (Caritas in Veritate, 69)

No son indiferentes porque manifiestan activamente y hacen visible y operante Y ATRACTIVA la objetividad del obrar del espíritu postmoderno, y a qué aspira este espíritu.

Son un reflejo existencial, una manera del ser-así del hombre y la mujer de hoy que, al mismo tiempo, influye existencialmente y promueve un seguir obrando así.

Como afirma Benedicto XVI: "El problema del desarrollo en la actualidad está estrechamente unido al progreso tecnológico y a sus aplicaciones deslumbrantes en campo biológico. La técnica — conviene subrayarlo — es un hecho profundamente humano, vinculado a la autonomía y libertad del hombre"

La tecnología es una expresión del ser humano vinculada a su autonomía. Es la objetivación del quehacer autónomo del hombre.

Y entendemos autónomo como independiente.

¿Independiente de qué?. De aquello que le hace dependiente: de la ley natural.

La tecnología, como vemos por sus aplicaciones en el campo biológico, independiza al ser humano de la ley natural: anticoncepción, fecundación in vitro, manipulación genética, clonación.... Es el viejo sueño alquímico de alterar las esencias y ocupar el papel del Creador alterando las fuentes mismas de la vida.

Es lo que apunta el Papa:

"70. El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar.

"Por eso, la técnica tiene un rostro ambiguo. Nacida de la creatividad humana como instrumento de la libertad de la persona, puede entenderse como elemento de una libertad absoluta, que desea prescindir de los límites inherentes a las cosas. El proceso de globalización podría sustituir las ideologías por la técnica[152], transformándose ella misma en un poder ideológico, que expondría a la humanidad al riesgo de encontrarse encerrada dentro de un a priori del cual no podría salir para encontrar el ser y la verdad."

Ante este poder de atracción que ejerce la técnica sólo hay una solución: volver al ser, a la auténtica libertad, para responder éticamente a ese poder atractivo que promete independencia, o, como dice el Papa, le promete independizarse de los límites naturales de las cosas, de las esencias.

"La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser."

Liberarse de él por la Gracia, que fortalece la voluntad, y una eficaz educación y formación EN LA VERDAD, de forma que las aspiraciones del hombre postmoderno, latentes en la técnica, que son su objetivación, no influyan antropotrópicamente en nosotros, y podamos devolver a la técnica a su justo lugar: la ciencia genuina iluminada por la fe.

Para ello, propongo algo sorprendente.

Subsumir la técnica en la Teología --como se hacía en la cristiandad, a la manera de la sabiduría grecolatina, que subsumía la técnica a la filosofía--para que ésta la devuelva a la ciencia.

La técnica debe subordinarse a los criterios teológicos, debe nutrirse de lo aportado por la Ciencia Madre,

de forma que deje de reflejar el ser del hombre antropotrópico, y pase a desarrollarse según los criterios teotrópicos que sólo la teología apoyada en el Magisterio puede otorgarle.

Como en tiempos de verdadera ciencia, la tecnología debe volver a ser hija de la teología, como todo saber.

La técnica será antropocéntrica hasta que no vuelva a ser hija de la Teología.

A estudiar esto nos dedicaremos en futuros post.

jueves, 15 de marzo de 2012

Que la tecnología postmoderna no es neutra, posee potencia antropotrópica de atracción y ha de ser reorientada

La tecnología postmoderna genera productos no neutros, sino activos en cuanto a poder de atracción.

Como en post anteriores, recalco que la idea que pretendo no es afirmar que la técnica sea pecado o sea mala, sino que no es neutra, es decir, que tiene fuerza atractiva y autoexpansiva totalizante y que, por sus principios internos, tiende a penetrar en aspectos cada vez más profundos de la realidad humana

Comencemos.

En la Carta Encícilica Caritas in Veritate, Benedicto XVI realiza una profunda reflexión sobre la técnica (Capítulo Sexto, el desarrollo de los pueblos y la técnica). Los resaltes en negrita son míos.

Recoge de este capítulo algunos pasajes importantes.

En el punto 69 el Papa comenta que la técnica no es mala:

"El problema del desarrollo en la actualidad está estrechamente unido al progreso tecnológico y a sus aplicaciones deslumbrantes en campo biológico. La técnica — conviene subrayarlo — es un hecho profundamente humano, vinculado a la autonomía y libertad del hombre."

Y prosigue:

"La técnica es el aspecto objetivo del actuar humano
[151], cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones"

A continuación nos habla del poder autosuficiente de la técnica, que posee elementos de autonomía propios para atravesar la naturaleza y límites propios de las cosas:

"70. El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar. Por eso, la técnica tiene un rostro ambiguo. Nacida de la creatividad humana como instrumento de la libertad de la persona, puede entenderse como elemento de una libertad absoluta, que desea prescindir de los límites inherentes a las cosas. El proceso de globalización podría sustituir las ideologías por la técnica[152], transformándose ella misma en un poder ideológico, que expondría a la humanidad al riesgo de encontrarse encerrada dentro de un a priori del cual no podría salir para encontrar el ser y la verdad."

A continuación el Papa apunta cómo reorientar la técnica fortaleciendo y preparando a la persona para ello:

"La clave del desarrollo está en una inteligencia capaz de entender la técnica y de captar el significado plenamente humano del quehacer del hombre, según el horizonte de sentido de la persona considerada en la globalidad de su ser. Incluso cuando el hombre opera a través de un satélite o de un impulso electrónico a distancia, su actuar permanece siempre humano, expresión de una libertad responsable. "

Y nos habla del poder de atracción de la tecnología, una fuerza atractiva a la cual es necesario responder:

"La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero
la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser."

En el punto 71 habla de una desviación del sentido original de la técnica, que era humanista (y sin duda cristiano y protoevangélico):

"
71. Esta posible desviación de la mentalidad técnica de su originario cauce humanista se muestra hoy de manera evidente en la tecnificación del desarrollo y de la paz"

Es necesaria la fe para ayudar a la razón científica a reorientar la técnica:

"Pero la racionalidad del quehacer técnico centrada sólo en sí misma se revela como irracional, porque comporta un rechazo firme del sentido y del valor. Por ello, la cerrazón a la trascendencia tropieza con la dificultad de pensar cómo es posible que de la nada haya surgido el ser y de la casualidad la inteligencia
[153]. Ante estos problemas tan dramáticos, razón y fe se ayudan mutuamente. Sólo juntas salvarán al hombre. Atraída por el puro quehacer técnico, la razón sin la fe se ve avocada a perderse en la ilusión de su propia omnipotencia. La fe sin la razón corre el riesgo de alejarse de la vida concreta de las personas"

Dejamos aquí por ahora esta meditación sobre la técnica, insistiendo nuevamente en la necesidad de su reorientación teotrópica para humanizarla y devolverle su sentido protoevangélico.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Que el espíritu de la técnica busca expansionarse y penetrar la naturaleza humana, y ha de ser reorientado teotrópicamente

La técnica no genera objetos neutros.

Desde la Modernidad, asistimos al proceso de su independización expansiva en orden a la edificación de la Ciudad Terrenal. Se ha rebelado del espíritu científico genuino y se ha aliado con la voluntad caída.

No genera instrumentos neutros, sino potencialmente adictivos y autogeneradores de expansión.

Genera ilusiones y deseos a través de ellos. Y es que el poder expansivo del espíritu del mundo no se cansa ni coforma con menos que con la esencia de las cosas.

La técnica está sumergida en el espíritu de vértigo del hombre caído, y hay que purgarla, depurarla y reorientarla de forma que la verdadera ciencia iluminada por la fe se haga dueña de ella, tome las riendas y le proporcione la orientación teotrópica que ha de tener.

La técnica tiene un innato poder expansivo, siempre aspira a penetrar en mayor medida parcelas aún más profundas de la realidad.

La tecnificación moderna alcanzó el mundo del trabajo. En la actualidad, la técnica postmoderna está tecnificando el mundo del ocio.

Y aún más que el ocio, la tecnificación alcanza la intimidad misma del ser humano, de forma que incluso lo más íntimo, la propia vida sexual de la persona, está mediatizada radicalmente por la técnica anticonceptiva -radicalmente, es decir, en su raíz, que es la transmisión de la vida.

Los últimos avances tecnológicos apuntan a una fusión con el mundo de lo orgánico, a una inmaterialización de la técnica, que aspira a fundirse con los organismos, a hibridarse con la materia orgánica.

El sueño tecnológico de la postmodernidad es liberar al cuerpo de las ataduras de su propia naturaleza esencial, convirtiéndose en una especie de alquimia totalizante.

Así la técnica retorna a su fuente, que es el pensamiento mágico

Por la tecnología aplicada a la persona humana en su misma intimidad, se hace posible el viejo anhelo de la liberación de la ley natural , el arcano sueño del esoterismo alquímico.

La técnica está cegando las fuentes mismas de la vida, transformando la sexualidad, origen del bien vital, en factor de muerte.

Y es que la técnica siempre va por delante, según su potencialidad interna. La ética va por detrás, a trompicones, intentando frenar el siguiente paso adelante. Pero por la gracia podemos ir por delante.

La técnica desborda la ética, pero no puede desbordar la Gracia.

Es el espíritu de vértigo, que nunca se cansa. Pero es detenido por la Gracia. Stat crux, dum volvitur orbis.

Es en el ámbito de la religión revelada, defensora por la gracia de la ley natural, que la técnica no es mediadora entre el cuerpo y el alma .

La tecnificación disgrega el compósito, separa artificialmente los bienes del cuerpo y los bienes del alma. Catarismo.

Es en el ámbito de la religión revelada que la domesticación de la técnica por su reorientación teotrópica se hace posible,

de forma que ésta no pretenda la trasformación de la naturaleza humana, sino que colabore con el espíritu humano en la glorificación de Dios.

lunes, 12 de marzo de 2012

Que hemos de reorientar la técnica

La técnica postmoderna es antropocéntrica.

De esto no cabe duda. Debemos desterrar toda ingenuidad en nuestra consideración del movimiento constructivo de la Ciudad Terrenal.

Ciertamente, es posible reorientarla y teocentrarla.

Pero primero hay que domesticarla.

Porque su principio interno es la voluntad de dominio, no a la manera del protoevangelio, sino a la manera del Hombre Caído.

domingo, 11 de marzo de 2012

Que los despide vacíos

El hombre carnal es codicioso, su corazón es codicioso, es incapaz de orar, porque piensa que es perder el tiempo y que no se gana nada orando.

La Santísima Virgen nos enseña en el Magníficat que el Señor "a los hambrientos los colma de bienes,

y a los ricos los despide vacíos".

A los mercaderes, que acudían a la Casa de Dios a enriquecerse, los despide del templo vacíos.

Es codicioso quien quiere sacar provecho de algo que no le corresponde.

En la Casa de Dios, que es casa de oración, los bienes proceden de Dios,

y todo hombre y mujer ha de acudir a ella a alimentarse y enriquecerse de esos dones divinos

Los codiciosos quieren enriquececerse, en La Casa de los Dones Divinos,

de dones humanos que no les corresponden,

donde se dan gratuitamente los bienes de Dios o bienes humanos que sí corresponde recibir allí.
Es pobre a la manera de Dios quien no quiere sacar provecho de algo que no le corresponde. Por eso la casa de Dios es Casa de pobres, Casa de quien quiere bienes divinos y no bienes humanos indebidos.

Quien no quiere bienes humanos sino bienes divinos es pobre, como Jesús, y halla en la Casa del Padre de Jesús, la Casa de Dios, todo cuanto anhela y quiere poseer, que no es sino lo que da el Padre a través de su Hijo el Pobre, Nuestro Señor Jesucristo.

Que se haga negocio en la casa de los pobres es algo indignante. Jesús era tan pobre que no tenía donde reclinar la cabeza.

Y maravilla que el pobre de los pobres, el Pobre que no tenía donde echarse a descansar, se haga un látigo de cuerdas y arroje fuera del Templo a toda la gente que se había sentado en el Templo para ganar dinero a costa de Dios.

El pobre expulsa del Templo a los que hacían riquezas en la Casa del Pobre.

El codicioso no da nada gratis. Vende y compra para tener más. Cristo no tenía nada, y todo cuanto tuvo lo dio gratis.

Y es que expulsó de su Casa de Gratuidad a los que estaban allí aposentados y negociando para enriquecerse.

El hombre carnal piensa que orar es perder el tiempo. El hombre carnal cree que nada se gana con la oración, y que se pierde el tiempo. No sabe permanecer en la Casa de Oración, si no es comprando o vendiendo y sacando provecho material y egoísta, porque le falta sentido de la gratuidad.

Él no tenía nada de eso, ni lugar para descansar, ni negocio para enriquecerse.

¿Qué dice la Escritura?

Que Jesús comenzó a expulsar a los vendedores y compradores "tras haber entrado en el Templo". (Mc 11, 15)

Es decir, que estaban vendiendo y comprando DENTRO del Templo.

Cuando sucedió esto nos lo aclara el Evangelio de Juan. "Jesús llega en los días de los Ázimos" (Juan 2, 13) Es decir, en la Pascua.

En la Pascua, cuando todo el Pueblo había de ir al Templo, so pena de ser desterrado. Por lo que es de suponer que el Templo estaría abarrotado de gente.

Y ante el Pueblo de Dios allí congregado el Señor usa de su autoridad divina para expulsar de allí a los que usan la Casa de su Padre para enriquecerse

El enriquecimiento propio de la Casa de Dios atañe a los dones de Dios, que son para provecho no egoísta, sino común.

“manifestación del Espíritu para provecho común” (1Co 12,7).

Los que quieren provecho propio y lo buscan allí donde no han de buscarlo, es decir, en el lugar donde se ha de orar y buscar el provecho común, son codiciosos. Y la codicia es una idolatría.

Benedicto XVI explica este pasaje en homilia el Domingo 16 de marzo de 2008:


"Durante la entrada en Jerusalén, la gente rinde homenaje a Jesús como Hijo de David con las palabras del Salmo 118 de los peregrinos: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en el cielo!» (Mt 21,9). Después, llega al templo. Pero en el espacio donde debía realizarse el encuentro entre Dios y el hombre halla a vendedores de palomas y cambistas que ocupan con sus negocios el lugar de oración."

"Ciertamente, los animales que se vendían allí estaban destinados a los sacrificios para inmolar en el templo. Y puesto que en el templo no se podían usar las monedas en las que estaban representados los emperadores romanos, que estaban en contraste con el Dios verdadero, era necesario cambiarlas por monedas que no tuvieran imágenes idolátricas. Pero todo esto se podía hacer en otro lugar: el espacio donde se hacía entonces debía ser, de acuerdo con su destino, el atrio de los paganos."

"En efecto, el Dios de Israel era precisamente el único Dios de todos los pueblos. Y aunque los paganos no entraban, por decirlo así, en el interior de la Revelación, sin embargo en el atrio de la fe podían asociarse a la oración al único Dios. El Dios de Israel, el Dios de todos los hombres, siempre esperaba también su oración, su búsqueda, su invocación."

"En cambio, entonces predominaban allí los negocios, legalizados por la autoridad competente que, a su vez, participaba en las ganancias de los mercaderes. Los vendedores actuaban correctamente según el ordenamiento vigente, pero el ordenamiento mismo estaba corrompido. «La codicia es idolatría», dice la carta a los Colosenses (cf. Col Col 3,5). Esta es la idolatría que Jesús encuentra y ante la cual cita a Isaías: «Mi casa será llamada casa de oración» (Mt 21,13 cf. Is Is 56,7), y a Jeremías: «Pero vosotros estáis haciendo de ella una cueva de ladrones» (Mt 21,13 cf. Jr Jr 7,11). Contra el orden mal interpretado Jesús, con su gesto profético, defiende el orden verdadero que se encuentra en la Ley y en los Profetas."

sábado, 10 de marzo de 2012

De la objetividad escandalosa de la verdad, la descomposición teológica y el monstruo bifronte

Jean Daniélou. "Escandalo de la verdad". Defensa intempestiva de la certeza metafísica. Una obra valiente y precisa en su ataque a los subjetivismos y en su defensa de la objetividad absoluta de lo verdadero. Es llamativo lo bien que entiende el autor a Nietzsche, y cómo se percata de su tesis fundamental: que la moral verdadera está ligada a la religión --porque depende del Pensamiento de Dios y no del pensamiento del hombre. --Que el moralismo es cosa diferente, y que éste es ética e ideología. Que existen éticas e ideologías morales, pero sólo una Moral: la inserta por Dios en la conciencia. --Atacando a Dios se ataca a la moral.

De todo esto deduce la inmoralidad deshumanizante del humanismo ateo, al que ataca, como De Lubac, y sin caer en sombras de subjetivismo.

En el capítulo sobre la verdad y la unidad Daniélou aporta ideas magníficas. Por ejemplo, que nuestra fidelidad al Evangelio no puede devenir en infidelidad a la Iglesia; que debemos humillarnos personalmente, pero que nadie tiene el derecho de humillar a la Iglesia, etc. ( pp. 122-123). En definitiva, que bajo el pretexto de seguir más radicalmente el Evangelio no podemos dejar de seguir a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque una y otra cosa son lo mismo.

En sus apreciaciones sobre la técnica, sin embargo, falta profundidad. No se percata del titanismo propio de la misma, aunque sí percibe su antropotropismo. La técnica, sin embargo, no es neutra, y sólo puede ayudar al hombre a través de una depuración de su espíritu antiteísta. No obstante, el libro es muy recomendable, sobre todo porque afirma constantemente la existencia objetiva y absoluta de la verdad, algo que ya comenzó a hacer admirablemente bien en su "Dios y nosotros", y advierte de los graves peligros del subjetivismo y del humanismo ateo. En ocasiones parece confunde los planos natural y sobrenatural, como De Lubac, pero cuando aparece alguna sombra de confusión la disipa pronto y aclara muy acertadamente.

Otras lecturas. Esta vez menos armoniosas. Louis Bouyer: "La descomposición del catolicismo". Libro que desconocía y que he leído esta semana. Desde el comienzo me desagradó el tono presuntuoso e irónico, la mirada desde el suelo, los juicios históricos maximalistas. A esto se unen, sin embargo, grandes iluminaciones y poderosas verdades que sería insensato negar, como por ejemplo el abuso del pseudoespíritu conciliar, que ha fabricado, en contra del Concilio, slóganes anticonciliares en nombre del Concilio mismo. El análisis de las infidelidades postconciliares es agudo y certero, sin duda. Muestra algunas desviaciones teológicas masivas en la opinión pública eclesial tras el Postconcilio anticonciliar. La crisis es evidente, y no se puede negar. Cita un peligro del ecumenismo practicado en ciertos ambientes eclesiales, con una palabras certerísimas de un ecumenista protestante:

"
El mayor peligro para el ecumenismo consiste en que los católicos acaben por entusiasmarse con todo aquello cuya perniciosidad hemos descubierto nosotros y que abandonen en cambio todo aquello cuya importancia hemos descubierto".

Es decir, que muchos católicos se vuelven a lo negativo del protestantismo justo cuando muchos buenos protestantes con deseo verdadero de unidad están descubriendo en la Iglesia aquello que a ellos les faltaba, --y que es precisamente lo que se está abandonando en ciertos ambientes eclesiales.

Me desagradan en especial las afirmaciones totalizantes que realiza el autor, de este tipo: "Los católicos de ayer eran incapaces de recibir ninguna lección del mundo" ¡! Su crítica al monstruo bifronte, integrismo-progresivismo, me parece acertada, y muestra bien cómo se engendran mutuamente. Critica tanto la petrificación tradicionalista como el espíritu de vértigo progresista.

Al final del libro dice: "Pero la Iglesia una, santa, católica y apostólica, en la que Pedro y sus sucesores presiden en la caridad, ella, sí, tiene las promesas de la vida eterna, y su fe no se verá nunca fallida".

Y es que sin duda alguna la fuente de la renovación eclesial que necesitamos no será la felicidad o infelicidad de visiones particulares de la Iglesia,

sino la Iglesia misma en lo que objetivamente es, la Casa del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad ( 1 Tim 3, 15), fuerza sobrenatural que nos enciende en el fervor de la verdad y la gracia de Cristo y nos consagra en santidad y plenitud.

En ella, en la Iglesia, y sólo en ella, ha de residir nuestra esperanza, pues ella es la dadora de la Gracia, por ser Cuerpo de la Gracia, y en ella ponemos todo nuestro esperar (1 Pe 1, 13)

viernes, 9 de marzo de 2012

Por Gracia y por Dolor

Subirse a la cruz y no bajarse,

antes bien permanecer en ella por amor de Jesucristo.

Hay quien espera, para convertirse, que el Señor se desclave y se acerque a él y chorreando su Divina Sangre le conduzca a un verde prado --en que reposar y gustarse y deleitarse con suaves vistas mientras el Verbo se desangra por su redención.

Nosotros, sin embargo, hemos de acompañarle a Él y permanecer sangrando a su lado, negando darnos gustos lícitos para seguirle e imitarle en tanta ignominia escandalosa,

clavados a su lado, llagados y escupidos y burlados y humillados a su lado.

Y dejamos el goce y el deleite aun siendo lícitos y buenos, para abrazarnos a los matorrales de espinos con que hicieron su corona.

No hay dicha mayor, no lo dudes.

Que Cristo es varón de dolores y siempre vence, y tú con Él, si sufriendo para hacerte suyo te haces como Él, te haces Él por gracia y por dolor.

Bonum mihi quia humiliaste me. Bueno será el haberme Tú humillado (Sal 118, 71)

miércoles, 7 de marzo de 2012

Que no hay justicia sin Dios

Dice Honigsheim sobre Max Weber:

Tenía un sentido demoníaco de la justicia”.

Pero, ¿cómo es posible esto?

Más allá de la hipérbole injusta sobre el filósofo, y en un sentido objetivo, ¿es posible que la justicia se vuelva demoníaca?

Es posible ciertamente que la virtud de la justicia deje de ser justa. Paradoja.

Y es que ninguna virtud lo es

si no procede de la prudencia sobrenatural,

que guía todas nuestras acciones hacia el Corazón de Cristo.

Pues bajo la ley de la Gracia el Amor de Dios es siempre lo primero

y la justicia sin Dios se vuelve inhumana.

Por eso, cualquier acto bueno puede devenir en malo, y en muy malo, si no es prudente,

y aún más, en demoníaco,

si contiene un rechazo implícito o explícito de Dios, que es el Sumo Bien.

Weber afirmaba que el síntoma esencial del nihilismo moderno es el desencanto de la existencia, la pérdida del sentido del Misterio, que pervierte toda relación del ser humano con lo transcendente.

Y en este línea, ¿no es lógico suponer que una justicia que pierde el sentido de la misericordia divina, y se vuelve desencantada de lo humano, por desencantarse de Dios,

se vuelva radicalmente demoníaca?

lunes, 5 de marzo de 2012

Del utilitarismo técnico de la anticoncepción

El espíritu utilitarista, cuando se alía con la técnica, conduce a niveles cada vez más desnaturalizados de existencia.

Es lo que ocurre con la anticoncepción.

A la instrumentalización de la sexualidad por la técnica, mutilada de su fin primero y esencial, que es la transmisión de la vida, sigue la instrumentalización de la mujer.

No hay nada tan denigrante para la mujer como ser objeto de la técnica anticonceptiva.

La instrumentalización de la mujer, común en sociedades descristianizadas, alcanza aquí el punto álgido.

La técnica anticonceptiva se convierte en mediadora entre el hombre y la mujer. Ya no es posible la autonomía natural del vínculo conyugal. La sexualidad para a convertirse sierva de la industria farmacéutica y de la técnica de la muerte .

Que la anticoncepción es cultura de la muerte y no hemos de callar sus males

Quisiera que meditáramos sobre esto:

¿De qué sirve luchar contra el aborto, si no se combate la causa de la cultura de la muerte, que es la anticoncepción?

Creo que debemos ser valientes y, a riesgo de parecer negativos o pesimistas a otra gente, decir la verdad, alertar de los graves males que causa la mentalidad anticonceptiva y de los abusos injustificables del concepto de "paternidad responsable"..

No debemos caer en subjetivismos del tipo: cuenta tu experiencia, cómo te va con tu apertura a la vida en tu matrimonio, cómo te va con tantos hijos... ...

No, no se trata sino de hablar de la Verdad OBJETIVA que libera.

De la verdad del Logos, por Quien fue creada la naturaleza humana en su dimensión sexual.

Hay que hablar de los males que causa la mentalidad anticonceptiva:

como denigra sobre todo a la mujer, y también al marido, al matrimonio.

Porque a un enfermo no se le puede engañar diciendo que está sano. Hay que decirle que tiene cura, y que esa cura es vivir conforme a la Ley Natural y abrirse a la Gracia de forma que la sexualidad conyugal sea purificada y elevada a su auténtica dignidad procreativo-unitiva.

No sólo porque la anticoncepción es un desorden de la naturaleza, sino porque por la anticoncepción se muere a la vida de la Gracia y el matrimonio y la sexualidad se corrompen en su identidad esencial.

Y aunque haya gente diciendo y publicando que la anticoncepción es lícita, tal vez como mal menor, o como medio de conciliación matrimonial ¿?, o que afirme que no es un tema de ley natural sino una simple norma de la iglesia que puede suprimirse... es FALSO.

Es un tema de ley natural enseñado de forma rotunda y explícita por el Magisterio eclesiástico, la Escritura y la Tradición.

Haz apostolado de la apertura a la vida y de la castidad matrimonial!

Porque si te parece que el aborto es cultura de la muerte, piensa que no menos lo es la ANTI-CONCEPCIÓN DE LA VIDA.

jueves, 1 de marzo de 2012

De precisiones y de sombras

Resulta preocupante la despreocupación que existe por la precisión en la exposición de las verdades de la fe.

Se acepta indulgentemente, incluso complacientemente, formulaciones ambigüas y dispersantes de la verdad.

Se predica como por pulverización.

La esperanza se hibrida con la fe, la caridad con el altruísmo, la Gracia con la naturaleza.

Se admira la obra de teólogos que pulverizan las verdades como si de colonia se tratase. Se busca cautivar, complacer, agradar, cautivar por sensaciones.

La precisión diamantina del lenguaje teológico tradicional se pierde en las cuasiverdades esparcidas, pretendiendo saltarse toda la teología tradicional.

Es preciso, sin embargo, recuperar la precisión.

Porque lo que no es claro es oscuro, y lo que se oculta se niega.

Y con la negación viene el olvido y con el olvido la sombra.