miércoles, 31 de marzo de 2010

Iesu Salvator Saeculi

Miércoles Santo. ¿Es posible cantar de forma más delicada? Alfred Deller sobrecoge, es el perfecto cantor litúrgico, no imagino una manera más perfecta de entonar la sublime música de la Liturgia de la Iglesia.
IesuSalvatorsaeculi

El arte sobrenatural de la Polifonía litúrgica. Que la práctica litúrgica común la abandonara sólo puede calificarse de auténtico drama.

El arte litúrgico tradicional: no surge de la motivación individual de un artista, por muy espiritual que pueda ser. Surge del Corpus Místico. El artista litúrgico quiere que la Iglesia componga a través suyo, y para ello se inserta, sacrificando su individualidad, en la Tradición objetiva que le precede, en la que aprende, en la que es artista.

A partir de algunas lecturas insatisfactorias sobre el arte sacro, he reflexionado mucho acerca de la esencia del arte litúrgico, que no es sino el Arte de la Santa Misa, del Santo Sacrificio del Altar.
En la Santa Misa hay que escuchar, no hablar, no hacer, sino escuchar. En la Santa Misa no importa lo que nosotros sentimos o pensamos. Sólo en la medida en que nosotros no importemos, será importante Cristo. Importa el hecho objetivo del Sacrificio de Cristo, que se está produciendo ante nosotros para salvación nuestra. No hay que hacer sino dejar que el Sacrificio del Verbo nos transforme. La Misa es, pues, una acción de Cristo, y lo que debe brillar en su música es lo que siente Cristo, lo que hace Cristo con nosotros. Nosotros hemos de pedir al Espíritu la Gracia eucarística de poder identificarnos con él. Contemplar lo que está ocurriendo.Estar muy atentos a todo cuanto Dios quiere decirnos.
El arte litúrgico ha de resaltar esto: la objetividad tremenda, la objetividad más objetiva de todas las objetividades, el sacrificio de Dios mismo. Este es la motivación de la música polifónica: expresar a Cristo, no expresarnos a nosotros. De aquí el carácter impersonal que tiene la creación artística litúrgica tradicional: pues es la Iglesia, en el fondo, quien compone. Nosotros contemplamos lo que debemos sentir, que es lo que la Iglesia nos propone con su Arte, y no lo que un artista individual, por muy grande que sea, nos invite (en cuanto artista individual) a sentir. Es decir, la música litúrgica es creación eclesial.
Otra cosa ocurre en la oración personal. Aquí cabe cuanto a mí, en mi individualidad, me ayude, me enfervorice, me encienda y emocione de amor divino.
Pero lo litúrgico es exclusivamente lo eclesial. Es acción de Cristo. La Santa Misa no nos pertenece, esta es la realidad. Pertenece a la Iglesia en cuanto organismo de Cristo actuante por el Espíritu, para cumplir la Voluntad del Padre. Y sólo en la medida en que sacrifiquemos nuestra individualidad y nos limitemos a sentir con la Iglesia, seremos verdaderamente nosotros mismos. ¿Pues quién mejor que Cristo-Iglesia sabe quiénes somos y lo que necesitamos?

martes, 30 de marzo de 2010

Imagino un proyecto de anotaciones filosóficas. Fragmentos de mosaico, observaciones, piezas que encajan en una plano superior. Teselaciones metafísicas.
El día amanece soleado. Las niñas, frente a mí, hacen la tarea. Clásica trajina de aquí para allá, como rezando para dentro. Yo observo, de nuevo, en mis libros, una imgen de Chrisochroa fulgidissima. Pienso: a mis amigos esta afición mía les parecerá un capricho. Pero tras decenios dedicando la mirada al arte, siento una deuda con el Creador. No he valorado su Obra de Arte: el mundo bellísimo de lo criado.
Luego escucho algo sublime, sobrehumano en su belleza: Lachrimae. Tuve acceso a esta maravilla musical en 1990. Un amigo, que luego se hizo cartujo, la escuchaba en su monasterio, imaginando que el Señor lloraba.
Lachrimaedowland

lunes, 29 de marzo de 2010

La razón natural. Cuando se vuelve al Ser, deviene en metafísica. Es notable el hecho de su fundamentación: todo discurso racional descansa sobre fundamentos indemostrables: los axiomas. Verdades a priori sobre las que se confía, y nada más.

Es dogma católico que la razón metafísica nos da acceso al Ser. Podemos alcanzar la verdad de la existencia de Dios, y con certeza natural. El nihilismo comienza dudando de la razón desconfiando de sus fundamentos indemostrables. Eliminando los axiomas se pretende eliminar la racionalidad. Tremenda contradicción.

sábado, 27 de marzo de 2010

Robur et Decus (Fuerza y Honor!)

A veces pienso si no es un lujo excesivo esta afición mía al goce estético. Me pregunto si, en medio de este paisaje de sombras, detenerme a contemplar criaturas posadas sobre una hoja de palmera no será un goce de otro tiempo. La pintura, la música, la botánica, la entomología... tal vez me debería dedicar exclusivamente a mortificarme por la salvación de tantos desgraciados que van camino del abismo, si no se produce un milagro de la Gracia y de sus voluntades. Pero a continuación pienso que detenerme a admirar un escarabajo o a observar cómo crece una flor es un signo más de dignidad humana, y que debo continuar haciéndolo, porque forma para de lo que los antiguos llamaban belleza moral, Decus, dignidad, el honor de ser humano. Así, he llegado a pensar que todo cuanto alimenta la visión principesca del hombre, la dignidad de señores del mundo creado, es bueno. Y digo señores en sentido medieval, caballeresco: no el que se apropia, sino el que cuida, mima, protege, defiende del mal. Robur et decus! Era la autoimagen del caballero: FUERZA Y HONOR! Fortaleza y dignidad. Que el ser humano se admire de la belleza creada, y no trate a las criatura de manera mercantilista o como simples medios, forma parte de esa visión principesca que percibe el mundo como un don que debe proteger y mimar, como un regalo en el que lo feo, vulgar, obsceno, queda excluído. Tal vez cultivando esta dignidad consigamos abrir nuevos puentes hacia el cielo y muchas almas, a partir de la visión de un simple bupréstido, pueden reconocer la mano del Rey del Universo.

jueves, 25 de marzo de 2010

En el tren he estudiado un rato los bupréstidos. Me apasiona su belleza. Los dibujo y estudio su cromatismo una y otra vez. El pronoto pulido, los élitros surcados de tonos metálicos azulados, la discreción de las antenas, que apenas se ven y contribuyen a crear esa imagen compacta, de piedra preciosa engastada en oro verde. La belleza de esta criatura es deslumbradora. No me canso de observar estos animales de belleza exquisita. Ahora me doy cuenta la delicadeza extrema con que los dos élitros terminan uniéndose al final del abdomen, protegiendo las alas secundarias, que están debajo.

En el colegio, día agotador. En las primeras horas, silencio, tranquilidad. Hago trabajar a los alumnos sin descanso, y les exijo un nivel muy por encima del mínimo obligatorio. Yo también me agoto con ellos.

A lo largo del día he estado luchando por estar muy unido a Cristo. Me he propuesto una comunión espiritual intensa al dar cada hora. Quisiera estar sumergido en Él. Entonces perdería todo temor. Sería inconmovible. Rezado mucho con los salmos, en latín. La traducción que tengo al lado, de la BAC, bilateral, no me gusta. No tiene unción. Recurro a Biblias antiguas.

lunes, 22 de marzo de 2010


Hoy lunes, largo día de trabajo. Por la mañana, en el tren, he estado reflexionando sobre cómo debe ser nuestro comportamiento en tiempos de catástrofe moral. He visto claramente la dignidad de los santos, que sufrieron situaciones semejantes a las que vivimos hoy los cristianos. Esta dignidad se basa, creo, en que por mucho que el mal se extienda y prospere a nuestro alrededor, los cristianos no perdemos la libertad interior. Es decir, nada me vulnera ni me hiere íntimamente si yo no peco, si no me hago cómplice. Así, mi salvación está en permanecer en la verdad de forma intachable, en estar en el mundo pero sin participar en sus males, antes bien subsanándolos, principalmente de manera sobrenatural.
Es decir, nunca perderé mi libertad interior absoluta si no peco, aunque me cueste la vida.

Después, camino del colegio, hice el alto acostumbrado en el jardín botánico. Me entretuve contemplando el hermoso acanto. Hay un mirlo negro y amarillo (un macho) que siempre que me ve emite un melodioso trino. Lo llamo el mirlo de las nueve menos cuarto, porque siempre lo encuentro a esa hora posado sobre el mismo pino.

sábado, 20 de marzo de 2010

Sed de Ti

Señor, yo quisiera estar tan dentro de Ti, que todo cuando haga, respire, mire y admire, me inunde más aún de tu vida. En un pequeño hueco, al arrimo del camino, te esperaré. Y cuando alcance a verte venir, me acercaré a tu sombra, me arrimaré a Ti. Me dejarás tal vez besar tus pies, respirar un poco del aire que respiras. Y todo cuanto anhelo se cubrirá de arbustos en flor a la orilla del camino, en el ocaso del tiempo de la nada.

Sáciame, confórtame, embriágame de Ti. Que no vea sino por tus ojos. Que no sienta sino por tus manos. Y en la hora del dolor, cuando penetre el mundo de la Idea, acompaña mis temores con la ternura de tus manos, y que todo cuanto en mí, de puro amor, aspire a tu seno, sea encendido en tu dulzura.

Buprestidae

Podría dedicar mi vida entera al estudio. No hallo en mí pasión más intensa que el deseo de conocer.
Temprano, prosigo estudiando los bupréstidos. Doy con un imagen hermosísima de Chrysochroa fulgidissima, una especie cuya contemplación siempre es rica y provechosa para un artista. La dibujo en mi Diario y estudio en mis libros su biología. De los bupréstidos me admira en general la finura exquisita de sus formas y la armonía veneciana de su colores. La mano del Creador se esmeró especialmente en esta familia de escarabajos-joya. No me canso de contemplarlos. El viernes tuve la suerte de hallar un ejemplar, aunque no pude identificar su género y especie.
Mis hijas, mientras tanto, siguen haciéndome regalos por el día del padre. He puesto música para viola de gamba de Marin Marais. Y mientras termino de dar los últimos toques de verde metalizado a mi bupréstido, Clásica, mi esposa, llega con un café.

viernes, 19 de marzo de 2010

Lo Absoluto en lo particular

En el tren, lectura. Schelling. La limitación pura de lo absoluto indivisible. Luego, reflexión. Cristo es el portador de lo Absoluto sin merma alguna de absolutidad. La persona singular, por participación, puede igualmente portar lo Absoluto, si bien de foma limitada.
Los sacramentos suministran la vida de Su absolutidad. Lo absoluto indivisible, pues, penetra en lo divisible particular. La eucaristía, de esta forma, se convierte en la acción divina por la cual el Ser absoluto e indivisible se divide sin dividirse a sí mismo. Los horizontes se abren, se dilata el tiempo y se actualiza el Calvario, en que se dividen Carne y Sangre. Se rompe la unidad de substancia y accidente (el Pan consagrado tiene los atributos del pan, pero es Cristo). Algo tan pequeño como un trozo de Hostia Blanca alberga lo absoluto sin merma alguna de absolutidad. Y se hace accesible, en proporción, al ser limitado de la persona singular.
He aquí la acción paradógica de la Santa Misa. En ella, asistimos a esta división redentora del Ser Absoluto (el Sacrificio del Logos) Asistimos al milagro inconcebible, pero absolutamente objetivo, de la limitación voluntaria del Ser Absoluto sin merma de su Ilimitación.

jueves, 18 de marzo de 2010

Josquin Desprez

Siete de la tarde. Una vez más, como tantas en mi vida, la polifonía de Josquin hace saltar mis lágrimas. Emoción divina. Dolor tan delicado, sobrenatural, que atraviesa los siglos. MillesRegretzJoquinDesprez

En el jardín botánico

Camino del colegio, temprano, hice un alto junto al jardín botánico. Me senté junto a un gran matorral de lentisco. Estuve observando un hermoso camaleón; acerqué la mano y prosiguió su camino parsimonioso sobre mi brazo. Luego lo deposité en lugar seguro, sobre la rama de un pino negral. Continué la meditación de Jeremías, cuya voz resuena con la misma fuerza desde entonces, atravesando los muros del tiempo. Ahora, en casa, escucho la música de sobrehumana belleza que Orlando de Lassus puso a sus Lamentaciones hace más de cuatrocientos años En el colegio, una vez más, tuve que ejercer la autoridad de forma muy determinante, segundo a segundo. También, entrelazada, la alegría, la humanidad. Así, tengo que estar pendiente del más mínimo gesto de indisciplina para que no salte la chispa. La tarea no la hacen en sus casas, por supuesto, por lo que yo les pongo el doble de trabajo: quien no hace los deberes trabaja el doble, les digo.
Rezo por mi alumno B. , que sólo piensa en pornografía, que acostumbra a ver en casa. Le pillé haciendo dibujos obscenos. Le descubrí cuando me di la vuelta para escribir algo en la pizarra. Yo nunca me doy la vuelta del todo, siempre estoy vigilante. Este chaval pretendía avergonzar con esos dibujos a una alumna, pero le intercepté a tiempo. Le pongo un trabajo y una sanción. En mi clase no permito estas cosas repugnantes. Le digo.
Al salir del centro deseaba volver a cruzar por el jardín botánico. Abrí mi Diario, y estuve un rato relajándome. Dibujé con lápiz un bello haz de hojas de Acanthus mollis, la planta grecolatina por excelencia, el acanto. Sobre ella, un reluciente bupréstido. Lo estuve observando un rato, lo tomé en mi mano y lo dejé volar.
Mientras escribo esto, me estremezco una vez más con la música de Orlando de Lassus. Las palabras de Jeremías van fluyendo lentamente en una atmósfera crepuscular. Las voces intercambian consonancias sutiles, sorprendentes, en un equilibrio etéreo y maravilloso.

miércoles, 17 de marzo de 2010

EN LA TORRE BLANCA

En el tren a Peñalosa, reflexionando acerca del concepto emboscadura. Es importante para personas de carácter contemplativo que quieren, como yo, vivir en retiro, inmersos en lo atemporal, mas sin incumplir los deberes que tenemos contraídos con la temporalidad.
Como lo entiendo, significa que, metidos de lleno en este mundo deteriorado, no debemos estar en él sino como luz en las tinieblas, o como el artista en su torre blanca. Y morar en la llaga abierta del Costado de Cristo como en un bosque de belleza, ya trabajemos, vayamos en tren, hagamos tiempo entre raíles y estaciones, o nos resguardemos de la lluvia. Y bajar de la torre para cumplir nuestro deber, con viva y ardiente caridad. Pero que el mundo no toque cuanto de perfecto y hermoso pueda haber, por Gracia y esfuerzo, en nuestra vida. Y así estar emboscados en espíritu, refugiados en el verdor inmarcesible lejos de toda mundanidad; saliendo y entrando del bosque para portar y transmitir su verdor.
Emboscados en lo más profundo del fulgor de la Vida de Cristo y su Madre, Torre Blanca de todos nuestros sueños.


lunes, 15 de marzo de 2010

Melíferus, el presidente abortista

Lunes 15 de marzo de 2010
Conversaciones. Algunos conocidos me confían su esperanza en que Melíferus pierda las próximas elecciones. Creen que la derecha legislará en favor de la vida. Contra esta opinión nos habla el curso de las cosas. Los terribles hábitos abortistas que se han creado en la sociedad, la tibieza moral de la oposición, la carencia de un grupo conservador fuerte, de sólidas convicciones y sentido de la ley moral... En fin, Melíferus y sus cohorte de ministras y ministros han hecho un daño que desborda al partido opositor actual. A mí me sorprenden que estas buenas personas sigan esperando algo de la burguesía liberal.

sábado, 13 de marzo de 2010

Caminos de Safenat-Panéaj

Bosque de Peñalosa, 17:00 horas

Meditando la Sagrada Escritura. "Sin contar contigo nadie moverá ni mano ni pie en todo el país de Egipto. Y el faraón puso a José por nombre Safenat-Panéaj". (Génesis 41, 44-45) Abro la Palabra una vez más por la historia de José, el que todo lo hace bien. Yo también quisiera hacerlo todo bien, más allá de toda circunstancia. Y hacerlo todo en Dios, bajo Su mirada, para agradarle en todo, como mi Señor que es. Existen, hoy, tantos caminos en que los creyentes debemos actuar con fidelidad a Dios... las circunstancias desfavorables para el bien que reinan hoy no son excusa. Vemos cómo es en la esclavitud donde José refulge en su hacer heroico. Hasta lavar los suelos puede hacerse para mayor gloria de Dios. Entonces el faráon nos pone al frente de Egipto para iluminar las tinieblas. Dios quiere hacernos a todos su Safenat-Panéaj. Que los cristianos tomemos las riendas de cada parcela de sombra en que nos ha tocado vivir, y la iluminemos y ordenemos conforme a Cristo.



Bosque de Peñalosa

Aquí, en Peñalosa, todavía es posible sentirse a gusto. Retirado, a duras penas, de la terrible vida en Hispania, me refugio en la belleza atemporal de nuestros clásicos. Así, he comenzado el sábado releyendo algunos pasajes de Fundamenta Botanica de Linneo. De este autor me gusta especialmente cómo elimina los verbos en sus descripciones de plantas. La sustantivación produce resonancias intemporales; arranca a las flores su carácter efímero, extrae de ellas el movimiento, resalta lo extático y su intemporalidad para que vibre en ellas la huella del Creador, que no es borrada por la marea del tiempo. Las ilustraciones botánicas me recuerdan las flores y hojas que iluminaban los Misales y breviarios medievales.
Las innumerables investigaciones que se realizaron en los siglos XVIII y XIX sobre la naturaleza de la flor reflejan, en sus preciosos, artísticos textos, la adoración que estos autores mostraban al Creador en los detalles de su creación. Un sólo pistilo, tras la lupa, agranda la admiración. Y la admiración es el principio de la adoración- y del conocimiento auténtico. Y pienso en la actitud de aquellos científicos para los cuales el gozo espiritual de conocer lo creado, era tan importante como la utilidad práctica de sus investigaciones.
Después, recordando mi conversación de ayer con Longinos acerca del destino de los niños víctimas del aborto. He estado pensando en la increíble generosidad de Dios, que rebasa toda medida. El Señor, ¿acaso no estará deseando glorificarlos, abrazarlos de puro amor, compensarles sobreabundantemente ? Me imagino que, en su misericordia inimaginable, dará a estas criaturas inocentes todo aquello que su corazón de Padre desea darles, más allá de toda consideración y casuística ¡Qué pequeño queda el limbo para el amor infinito del Padre! ¡Qué pequeña queda la medida humana de la justicia ante la des-medida generosidad divina! Ciertamente, la opinión de mi amigo está más que fundada... en el amor gratuito de Dios.