miércoles, 17 de marzo de 2010

EN LA TORRE BLANCA

En el tren a Peñalosa, reflexionando acerca del concepto emboscadura. Es importante para personas de carácter contemplativo que quieren, como yo, vivir en retiro, inmersos en lo atemporal, mas sin incumplir los deberes que tenemos contraídos con la temporalidad.
Como lo entiendo, significa que, metidos de lleno en este mundo deteriorado, no debemos estar en él sino como luz en las tinieblas, o como el artista en su torre blanca. Y morar en la llaga abierta del Costado de Cristo como en un bosque de belleza, ya trabajemos, vayamos en tren, hagamos tiempo entre raíles y estaciones, o nos resguardemos de la lluvia. Y bajar de la torre para cumplir nuestro deber, con viva y ardiente caridad. Pero que el mundo no toque cuanto de perfecto y hermoso pueda haber, por Gracia y esfuerzo, en nuestra vida. Y así estar emboscados en espíritu, refugiados en el verdor inmarcesible lejos de toda mundanidad; saliendo y entrando del bosque para portar y transmitir su verdor.
Emboscados en lo más profundo del fulgor de la Vida de Cristo y su Madre, Torre Blanca de todos nuestros sueños.


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