jueves, 5 de mayo de 2011

De la importancia de vivir a imagen del Hombre Celestial, y no como todo el mundo.

Non deserit alta. No abandonéis las cosas altas. No rechacéis los dones que vienen de lo alto, que son lo único bueno, lo único y verdaderamente bueno de nuestra vida. Porque la Vida que nos viene del Cielo, por Cristo, es eterna.

El Evangelio de Juan, 3:27, nos muestra unas palabras muy impresionantes de Juan El Baustista, en que reparamos muy pocas veces:
No ha de recibir nada el hombre que no le haya sido dado de lo Alto
Nada hagamos propio, sino la Vida de Cristo; todo es efímero, vano, inconstante, a la nada conduce, porque de la nada procede; no deseemos nada que no venga de lo Alto, porque no conocerá nuestro corazón reposo ni descanso sino en Cristo y sus dones. Nada poseamos, por nada sintamos apego o propiedad sino por las cosas que en verdad se nos dan, que son las que vienen del Cielo. Dios es generoso.

La carne sin embargo es avara y pide más, hasta el límite, hasta la tierra, toda nuestra alma. La carne y el mundo, convencidos por el Diablo, generan desorden, desequilibrios, infidelidades, apostasías, desobediencias, desarmonías y disonancias y un eterno y voraz deseo infinito de goces irresponsables.

Convirtámonos, por la penitencia, con oración y ayuno de cosas carnales, a todo lo que viene de Dios No abandonemos las cosas de Dios. Nada bueno que poseamos viene de otro que no sea el Señor, y sólo los dones del Señor hemos de desear para nosotros.

Cuántos viven apegados a las cosas de la tierra y a sus seducciones materiales. No anhelan cosas de arriba, de lo alto. Sus intereses se limitan a lo que agrada a sus sentidos o a sus necesidades primarias, emocionales, afectivas o corporales...

Fijémonos en lo que dice San Jerónimo del Diablo:
"Al Diablo se le califica de serpiente por hallarse totalmente apegado a la tierra" (Comentario al Salmo 8)
Sin embargo, de Jesús, nuestro Salvador, se dice en la Escritura algo completamente diferente. Se nos dice que es el Hombre celestial, a cuya imagen somos modelados por la Gracia
1 Corintios 15: 45 Esto es lo que dice la Escritura: El primer hombre, Adán, fue creadocomo un ser viviente; el último Adán, en cambio, es un ser espiritual que da la Vida. 46 Pero no existió primero lo espiritual sino lo puramente natural; lo espiritual viene después. 47 El primer hombre procede de la tierra y es terrenal; pero el segundo hombre procede del cielo. 48 Los hombresterrenales serán como el hombre terrenal, y los celestiales como el celestial. 49 De la misma manera que hemos sido revestidos de la imagen del hombre terrenal, también lo seremos de la imagen del hombre celestial
El hombre terrenal imita al Diablo, se deja convencer por Él. El hombre espiritual es imagen del hombre celestial, Cristo, e imita y se deja convencer por el Señor que da la Vida, por la Gracia que procede del cielo.
Los deseos de nuestra carne son tierra y a la tierra inclinan. No hemos de aceptar las apetencias de la carne ni las seducciones del mundo, porque no vienen de lo alto. Vienen del maligno. Y así, frente a una vida a ras de tierra, apegada las tribulaciones del apetito indomesticado de placer, que nunca se sacia, hemos de vivir de los gozos y alegrías que el Seños nos envía de lo alto. La Sagrada Escritura nos enseña esto:
Romanos 5:5 En efecto, los que viven según la carne desean lo que es carnal; en cambio, los que viven según el espíritu, desean lo que es espiritual. 6 Ahora bien, los deseos de la carne conducen a la muerte, pero los deseos del espíritu conducen a la vida y a la paz, 7 porque los deseos de la carne se oponen a Dios, ya que no se someten a su Ley, ni pueden hacerlo. 8 Por eso, los que viven de acuerdo con la carne no pueden agradar a Dios. 9 Pero ustedes no están animados por la carne sino por el espíritu, dado que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no puede ser de Cristo. 10 Pero si Cristo vive en ustedes, aunque el cuerpo esté sometido a la muerte a causa del pecado, el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes. 12 Hermanos, nosotros no somos deudores de la carne, para vivir de una manera carnal. 13 Si ustedes viven según la carne, morirán Al contrario, si hacen morir las obras de la carne por medio del Espíritu,entonces vivirán
No somos deudores de la carne, porque no es nuestro nada que no nos haya sido dado de lo Alto. Únicamente a Cristo debemos nuestros bienes, pues de su Sacrificio y de su Amor procede todo lo bueno que tenemos. Los verdaderos bienes son los que proceden de la Gracia divina, y sólo ellos debemos apetecer.

De lo Alto, por la Iglesia, procede la paz del alma y armonía del corazón, la prudencia y la justicia, la fortaleza y la templanza, la mansedumbre y la dulzura de la perfección. Los frutos del Espíritu en que nos complacemos en Dios, nuestro Salvador, que nos da de lo Suyo a la manera de primicias de su Gloria, y en pefecta alegría nos abraza como un Padre.

Que no somos, pues, deudores de la carne significa que no somos tampoco deudores del Diablo. Que si éste nos hace miembros de su cuerpo de pecado, es sólo porque queremos, es sólo por el pecado, por nuestra falta de unión con Jesús, que es Quien vence.

De estas verdades se duduce que la vida de nosotros los cristianos no puede ser de ninguna manera una vida al estilo de la gente carnal: vicios de la mirada, impudores adúlteros, deleites corporales e idolatrías materiales. No podemos aparentar ser uno más, ni hacer lo que hacen todos.

Y es que hay mil situaciones en que es preciso el testimonio de vivir según el Espíritu, y no según la carne.

Para que todo aquel que nos vea y presencie nuestra vida, se sienta atraído por la Gracia de Vida Eterna y Amor del dulce Señor Jesús.

2 comentarios:

  1. La carne nos tira para abajo. El espíritu para arriba. En medio andamos enredados sin llegar a decidirnos nunca al 100%. Por eso necesitamos de la Gracia de Dios. Sin ella no es posible transformar la carne es espíritu y solo nos dedicamos a luchar con nuestras escasas fuerzas contra nuestra naturaleza caída.

    Pero Cristo resucitó. Ya nada es imposible a su Gracia!!!!

    Un abrazo en Cristo :)

    ResponderEliminar
  2. Amigo Miserere, te agradezco tu comentario, acertado e incisivo, como es habitual en ti.

    Me alegra leer en tu comentario, de nuevo, la palabra Gracia con mayúscula.

    Hace tiempo decidí hacer un apostolado de la Vida del Señor en el cristiano, centro de todo camino de santidad, y me decidí a escribirla siempre con mayúscula, para reflejar su sobrenaturalidad y su procedencia del corazón mismo de Cristo.

    Un abrazo

    ResponderEliminar