viernes, 24 de mayo de 2013

Hacia la otra luz

 
El Padre no nos abandona hundidos en los pantanos
 
El pecado nos arrastra hacia el mundo tenebroso, pero la mano poderosa del Hijo del Hombre siempre está tendida, esperando la nuestra, queriendo mover la nuestra, hacia la otra luz
 
Pedimos al Padre la llegada de su mundo esplendoroso y blanco, a modo de primicia
 
Vemos a lo lejos las torres blancas y esbeltas del Reino divino, y anhelamos habitarlo plenamente, y no sólo transitar sus puentes anticipados, sobre el río de la vida
 
 

2 comentarios:

  1. Querido Alonso:
    Nuestro Padre... Hijos de Dios... como dice S. Pablo: ¡pues lo somos!. Hijo de Dios por Jesucristo, por su sangre.
    Tu entrada hace resonar en mi el salmo 40:
    En Yahveh puse toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
    Me sacó de la fosa fatal, del fango cenagoso; asentó mis pies sobre la roca, consolidó mis pasos.
    Pongamos nuestra confianza sobre la Roca.
    Animo! Reza x nosotros

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  2. Cierto, Cornelio, pongamos nuestra confianza sobre Roca.Y sí, pensaba en ese salmo, uno de mis preferidos!

    Un abrazo

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