domingo, 5 de septiembre de 2010

Más de Virtud

Qui amat animam suam, perdit eam. (Juan 12, 25) Es tanto mayor el riesgo a que nos exponemos cuanta mayor es la solicitud por protegernos, la preocupación por ponerse a uno mismo a buen recaudo. Olvidémonos y lancémonos al Corazón de Cristo para ser salvos; a mal rato paso firme; hay que plantarle cara al mal y su aliada, la imaginación. De nada tengamos pavor, y si acaso lo tenemos, reprimámoslo con furia, seamos hombres y no nos arredremos ni protejamos en exceso, como aquellos que no tienen en sus naves el emblema de Cristo, el que siempre vence.

Nunc coepi. Ahora comienzo, en cualquier momento puedo empezar a cambiar, nada está perdido, y aun en el último momento puedo poner las sombras del revés. Ahora, en este instante, abro la puerta y accedo a la Luz, disipo las tinieblas con la fuerza de Cristo y me apresto al combate. En este preciso momento comienza mi nueva vida. Liquido el pasado, entrego mi memoria al Señor, doy por clausurado el ayer y me libero en el Espíritu del lastre de las horas.

Potentíssimus est qui se habet in potestare (Séneca). El más poderoso varon es aquel que tiene poder sobre sí mismo. De aquí procede su victoria, la fuerza de su brazo. Es dueño y señor del acaso, rey de las circunstancias. Ganando o perdiendo no se descompone, antes bien se compone a sí mismo con la armonía de Cristo. Firme y heroico, planta cara al enemigo interior y apercibido del amor de Cristo domina toda potencia disgregadora, para que solo el hombre nuevo aflore en su humanidad.

3 comentarios:

  1. La imaginación como aliada del mal... aliada del temor que nos atenaza, que nos evita obrar bien. ¡Qué buena observación! Mirando en mi vida, veo eso en multitud de ocasiones. En términos modernos veo esto contenido en la afirmación: "¡el miedo es libre!" Muchísimas veces nuestra conciencia nos mueve bien, pero empezamos a imaginar las terribles cosas que podrían pasar si obráramos bien. Eso nos hace quedarnos en la mediocridad, en la inacción, en no salirse de lo que hace todo el mundo, no vaya a ser que... Así es como al final, una pobre mujer queda llorando en la calle y nadie se le acerca a preguntar qué le pasa. Si pudiéramos ver los pensamientos de las personas que pasan por allí, veríamos que uno imagina que es una loca que se le va agarrar y no le va a soltar, otra piensa que es un nuevo estilo de robar bolsos, otro que será la cámara oculta, y todos que si son ellos los que se paran, los demás van a pensar: "ya cayó un idiota que se va a ver con un problema". Todo estupideces de nuestra imaginación, que nos impiden obrar, olvidamos lo más razonable, y es que la mujer tenga un problema y necesite ayuda o al menos consuelo. Y que hacer esa buena acción no es para que nadie se ría de uno, todo lo contrario. No imaginamos el gran favor que le haremos al preguntarle, el valor sobrenatural que tiene esa acción, que da gloria a Dios, lo agradecidos que nos estarán a lo mejor ella y su familia, lo bien que nos sentiremos, el ejemplo que podremos dar a nuestros hijos cuando lo contemos... Debemos esforzarnos por dirigir correctamente nuestra imaginación, por crear en ella el hábito de imaginar recta y positivamente, en todas las ocasiones. Jesús nos libera del miedo, podemos hacerlo.

    Recuerdo que, hace unos meses, un amigo encontró a unc chica llorando en la calle. Estaba embarazada y, en pleno viaje, al enterarse, su novio la había dejado tirada, a cientos de kilómetros de su casa. Vinieron sus padres a recogerla y, en el coche, le dijeron que la llevarían a abortar. Ella dijo que no, que no abortaba, y ante esto, sus padres la dejaron tirada también. Ella, sola, a cientos de kilómetros de una casa que ya ni siquiera era la suya, embarazada y abandonada, se puso a llorar en la acera. Nuestro amigo se le acercó, le preguntó, ella le contó la historia y él llamó a Red Madre para que la ayudaran. Inmediatamente unas voluntarias hablaron con ella, la ayudaron a buscar soluciones, y la salvaron a ella y a su hijo de esa situación desesperada. Y todo, porque probablemente mi amigo tiene no tiene esa mala imaginación de ratón cobarde que tenemos la mayoría, sino una imaginación recta y educada que le llevó a pensar que esa chica tenía un problema y que quizá, él podría hacer algo para ayudarla. Y lo hizo.

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  2. Impresionante y tremendo el caso. Es verdad lo que dices, esa imaginación recta y educada le movió a la acción digna y a comportarse como una persona decente.

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  3. "Debemos esforzarnos por dirigir correctamente nuestra imaginación, por crear en ella el hábito de imaginar recta y positivamente, en todas las ocasiones. Jesús nos libera del miedo, podemos hacerlo"

    Buena pedagogía, muy oportuna en los tiempos que corren.

    Gracias

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