domingo, 1 de abril de 2012

Nada menos individualista que la fe

La fe tiene esencia tria-lógica:

por una lado
, es teologal, infundida por Dios.

Por otro lado
, es personal, engloba todos los aspectos de la individualidad y exige adhesión totalizadora.

Por último
, es eclesial. Se recibe de la Iglesia, la Iglesia la alimenta con la Gracia, la Iglesia la educa y forma.

De estos tres aspectos esenciales, el primero, cronológicamente, es el eclesial.

Con el eclesial, simultáneamente, procede el teologal.

Y finalmente es personal, y de lo personal se extiende, en el tiempo y el espacio, hacia la inter-personalidad, haciéndose poli-lógica:

influye en todos los miembros del Cuerpo Místico, y de la Comunión de los Santos recibe constantemente alimento sobrenatural.

En definitiva, la fe es eclesial, porque es teologal. Y por ser eclesial es personal mas no individualista, sino interpersonal. Es socialmente personal, que diría De Lubac. ¡Paradoja! Y a esta personalidad no meramente individual se la puede denominar SOCIAL-SACRAMENTAL.

Por tanto, nada menos individualista que la fe.

Que al hacerse operativa por la caridad, se vuelve acción salvífica: de su interpersonalidad emerge su potencia salvadora extensible a la Sociedad del Espíritu que es la Iglesia.

De forma que de la fe de uno, depende la salvación de otros, como afirma la Mystici Corporis.

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