martes, 3 de agosto de 2010

Cristo, mi Señor


Cristo es el Señor. No cualquier señor. Es el Señor que ama a sus siervos y da la vida por ellos.
Cristo es el Señor.

Es verdad que Cristo es amigo, pero es Señor.

Es verdad que Cristo es hermano, pero es Señor.

Yo quiero amar a Cristo con reverencia, besar sus sandalias, el polvo que pisa. Quedarme a esperarle, a atenderle, frente a Él.

Me arrodillo ante el Señor porque le debo la Vida, mi vida está en sus manos, el latido de mi corazón, el pulso de cada día.

El amor que profeso a quien amo, se lo debo a Él. Como todo.
Pues nada puedo hacer sin Él (Juan 15, 5)
Cristo es todo.
A un lado del camino quiero esperarle. Donde no me vea a mí mismo, para no gloriarme sino de amarle a Él.

2 comentarios:

  1. Me ha recordado un soneto que expresa lo mismo:

    El verso que nace quisiera callarse,
    sólo contemplando aquella enseñanza
    que al pobre anunció bienaventuranza
    y al pie de ese monte, rendido, quedarse....

    Llegar al camino, callado apostarse,
    de aquel Jericó, donde sin tardanza
    Te verá pasar sembrando esperanza
    y curando a aquél que quiera acercarse...

    Quisiera acudir al Templo a escucharte
    pararme en la puerta donde te sentabas;
    atender a todo y, sin preguntarte,

    quedarme aprendiendo lo que Tú enseñabas.
    Déjame, Señor, déjame adorarte
    tan sólo esperando donde Tú pasabas....

    ResponderEliminar
  2. Qué maravilla, de lo más hermoso que he leído
    Gracias

    ResponderEliminar