sábado, 14 de agosto de 2010

Nuevos aciertos de la virtud

Substine et abstine. Soporta y abstente. Quema deseos, anhelos vehementes en tu interior, acostúmbrate a arder, a renunciar, a perder, a partirte la quilla cerca de la costa del mundo, en el temporal, para arribar al puerto del Cielo, tu puerto perfecto y único. Que te sea indiferente perder o ganar, excepto el alma, en una pura indiferencia sobrenatural. No te acomodes a este mundo. Acostúmbrate a no tener cuanto deseas de él, cuanto anhelas de la tierra durante el día o la noche. Vive sólo de Cristo, desea sólo a Cristo, gana sólo a Cristo, y nunca lo pierdas por nada del mundo.

Age quod agis. Haz bien cuanto hagas. Sé recio en tu perfección, bravo en tu hacer, soldado de la voluntad de Dios. No tengas tu alma a los pies de otra tarea que aquella que tienes entre manos, no te toque el crepúsculo y compruebes, entre tus manos, la nada, la sombra de lo omiso, la elipsis del mal. Mira que sólo cuanto está perfectamente hecho educa y tiene fondo de verdor, en que pueda prosperar, potente y sólido, la Luz de toda sustancia.

Non est qui faciat bonum non est nec unus (Sal 15, 3 ) No hay quien haga el bien, no hay ni uno solo. Y no te importe; antes bien, yérguete, empújate al bien, no te vengas abajo porque ni uno solo se apreste contra el mal y al Padre alce el rostro diciéndole: mi corazón está a punto para Ti, mi Señor. Que no te importe estar solo y caminar solo; antes bien, prepara tu alma y tu cuerpo para un combate que durará mientras vivas. Que si te oprimen con burlas o te amenazan con afrentas, más seguro y firme en Cristo estarás, y más sereno que todos los amaneces del mundo.

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