miércoles, 25 de agosto de 2010

La moral de situación

Este error consiste en afirmar que el hecho de que un acto sea bueno o malo no lo determina una ley universal e inmutable (la ley moral) sino que se debe valorar en base a la situación personal (afectiva, anímica, histórica, cultural, etc.) en que el individuo se encuentre.

Se recurre a este error para justificar acciones malas cuando se dice, por ejemplo:

-En tu situación, eso no es pecado.
-Para ti, en este momento, eso está bien.
-Teniendo en cuenta las circunstancias, tuviste que hacerlo.
Etc., etc.

Juan Pablo II corrigió este error, advirtiendo que "existen actos que, por sí y en sí mismos, independientemente de las circunstancias, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto. Estos actos, si se realizan con el suficiente conocimiento y libertad, son siempre culpa grave" (Reconciliación y penitencia, 18).

Nunca, por tanto, es lícito realizar acciones intrínsecamente malas, por muy delicada que sea la situación de la persona; de esta manera, acciones malas que se justifican apelando a la situación personal del individuo, son siempre ilícitas: por ejemplo, abortar.

La moralidad de un acto no depende del estado anímico de la persona que realiza dicho acto. Depende de un valor objetivo: su adecuación o no a la ley moral.

Es más, hay situaciones en que debemos sacrificarlo todo, incluída la propia vida, con tal de no realizar una acción mala, sean cuales fueren las circunstancias en que nos encontremos.

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