jueves, 28 de octubre de 2010

Contra mundum

No, del mundo, ¿qué deseo? nada.

"Aquel que se apoya en el testimonio de los Libros Santos es el baluarte de la Iglesia" enseña San Jerónimo.

La Escritura me enseña que Cristo vale más que todo el mundo entero con toda su gloria.

Mi fe la tengo puesta en el Señor, como Jesús me enseña (Marcos 11, 12) Al Señor quiero adorar, y solamente a Él darle culto (Lucas 4, 8)

Porque "si tenemos puesta la esperanza en Cristo sólo para esta vida, somos los más miserables de todos los hombres " (1 Corintios 15, 19).

¿Cuál es la consecuencia?

Que amando a Cristo, cuyo Reino no es de este mundo, soy capaz de santificar en Él cuanto hago aquí, en este mundo. Y así me inunda una perfecta alegría, y una inmensa fuerza sobrenatural me empuja amar y hacer el bien.

Porque el mundo no puede santificar al mundo.

1 comentario:

  1. Si algún día tienes tiempo, mira este sermón de Paul Washer, uno de mis predicadores favoritos.

    Dios te bendiga!

    :]

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