domingo, 23 de enero de 2011

Errores antiguos, errores de hoy

Releyendo algunas cosas del filósofo Pedro Abelardo, nacido en La Pallet, Nantes, en 1079, he comprobado la tremenda actualidad de sus errores.

Son equívocos masivos, que repuntan hoy en día, como tantos otros errores que resurgen y vuelven para confundir a los fieles. Todos proceden de la misma fuente: la sobrevaloración del ser humano, de sus fuerzas naturales, y la falta de fe en la divinidad de Jesús.

Abelardo, profesor de teología, defendía errores que el Concilio de Soissons, (alentado por San Bernardo de Claraval, del cual es la bellísima imagen que acompaña esta entrada) en 1121, condenó formalmente.

San Bernardo estudió profundamente la base de estas equivocaciones de Pedro Abelardo, y las remitió al Papa Inocencio II.

Veamos algunos de estos errores, y comprobaremos la vigencia de los mismos en ciertos sectores católicos y en teólogos de nuestros días.

1. Pedro Abelardo defendía que la potencia del Hijo era respecto a la del Padre como "la de la especie al género". Es decir, que aunque en el Hijo había manifestación divina, no era totalmente Dios, y su potencia sobrenatural estaba subordinada al Padre, como una especie al género al que pertenece.

A las personas que tengan formación científica esto les sonará mucho, pues la especie es el segundo término del nombre científico, y el género el primero. Pues Abelardo dice, más o menos, que el Hijo es especie, y sólo tiene poder referido a su género. Este es un error de tipo arriano, sin duda, que vemos presente en muchas obras de tólogos de hoy, donde si bien afirman que Jesús tiene cierta relación personal y especial con Dios, no es totalmente Dios.

2. Otra afirmación de Pedro Abelardo consiste en identificar al Espíritu Santo como una especie de fuerza espiritual. Esto recuerda mucho el concepto New Age de Dios como fuerza o energía presente en el mundo. Es una afirmación, la de que el Espíritu Santo es el alma del mundo, que San Bernardo de Claraval encontró panteísta, como ciertamente lo es. Es fácil comprobar cómo ese panteísmo está presente en la espiritualidad New Age, en el pelagianiasmo orientalista de las técnicas de meditación y autoayuda, y en el modernismo teológico. No hay más que leer las obras pseudomísticas de nuestra literatura para comprobarlo.
3. Pero es en el Artículo 7 de la carta de San Bernardo de Claraval a Inocencio II donde encontramos la denuncia del error más llamativamente contemporáneo, más extendido entre numerosos ambientes católicos: Jesús es sólo un modelo ético, un ejemplo a seguir, un prototipo de los valores humanos que queremos llevar a nuestra vida. Es un error pelagiano.
Este es el error 7:

El Hijo de Dios no fue a la muerte para librar al hombre del pecado, sino para inflamarnos de amor por Él, y no se encarnó sino para instruirnos y servirnos de ejemplo a seguir.

¡Aquí tenemos el error funesto del humanismo materialista y pelagiano que tanto ha cundido en parroquias, seminarios, téologos y fieles. ¿No hallamos su eco en la obra de tantos teólogos de moda durante los últimos veinte años, para los que la Gracia del Señor es absolutamente innecesaria, y los sacramentos son vestigios del pasado? El hombre se basta a sí mismo. Esto es lo que nos dice Abelardo. Es capaz de seguir a Cristo, de imitarle, sin necesidad de la Gracia. ¡Pelagianismo puro!

4. Y observad este, cómo resuena en la nefasta filosofía moderna de la educación: El niño viene al mundo sin pecado original, hay que existir primero para tener herida moral. ¡Error, de nuevo, pelagiano! "El niño es bueno, no está inclinado al mal, por sí mismo, libre de toda culpa de origen, es capaz de inclinarse al bien por sí solo". ¿No hallamos aquí resonancias en la pedagogía de la Logse?

5. El Artículo 12 es tan sustancioso que lo copio:

"No hay pecado cuando se obra con ignorancia, sino sólo cuando se tiene conciencia de lo que se hace". Esto parece cierto, porque lo dice la teologíoa moral verdadera, pero, por sí solo, es incompleto. Hay que decírselo claro a profesores de moral, que no conocen la apostilla de San Bernardo a esta idea tan actual de Abelardo, usada para liberar de responsabilidad moral a la sociedad de hoy en día:

Así comenta el santo esta afirmación:

"Lo cual es cierto, siempre que se subraye la obligatoriedad de vencer la ignorancia culpable".

Significativo es que todos esto errores procedan de un manual de teología. Estamos en contra de la teología que se desvincula del Magisterio, de la Escritura, de la Tradición, como la de Pedro Abelardo. Estamos en contra de la teología no teológica, como la que contienen estos errores, tan actuales, del filósofio de Nantes.

Pues toda teología no bíblica y no tradicional, que obvie el Magisterio, es teología no teológica.

Porque la teología, como la filosofía verdadera, su sierva fiel, sólo puede ser Ciencia obediente, ciencia de Amor al Logos, en que la creatividad no puede ni debe existir.

Pero Abelardo fue, sin embargo, humilde. Murió en el monasterio de Saint Marcel, en 1142, arrepentido de sus errores, y dando ejempo a los religiosos de austeridad y humildad.


LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI


4 comentarios:

  1. La equivocación más frecuente hoy día con respecto a quién es Jesucristo es parecida a la de Abelardo, aunque un poco distinta. Puede que su origen esté en el budismo, que se trata de hacer compatible con es cristianismo.

    Cuando teniendo yo 17-18 años acudía semanalmente a un templo budista en Madrid, iba allí un sacerdote católico, creo recordar que jesuita, que se parecía a Ernesto Cardenal. Este estaba interesado en compaginar budismo y cristinanismo. El monje que allí estaba le explicó que Jesús podía ser un maestro, algo así -en mis propias palabras- como una persona que había conseguido un contacto pleno con el "dios-Cosmos". Precisamente, con esa "alma del universo" a la que Abelardo llamaba "espíritu santo". Aunque por supuesto, aquel monje aseguraba que el "nivel" de Buda era superior.

    Esta idea de un maestro plenamente en contacto con el "dios-Cosmos" se ha trasladado también fuera del ateísmo-panteísmo (lo escribo así porque el panteísmo es ateo). En ese sentido, este error consiste en que Jesús es un hombre como cualquiera de nosotros, pero que fue completamente lleno de Dios. Es decir, según este error, Jesús no es la segunda Persona divina que se encarna voluntariamente, sino un hombre cuyo espíritu está completamente lleno de Dios. Por eso habréis oído algunas veces ese error -condenado- de que Jesús adquirió su conciencia mesiánica en el Bautismo en el Jordán. Para los que sostienen eso, Jesús fue llamado por Dios, y tuvo un proceso vocacional hasta que Dios lo confirmó como su elegido para salvar a a la humanidad con la enseñanza y el ejemplo. En ese sentido -equivocado- estas personas dicen que Jesús es "Dios".

    Sin embargo, esta doctrina, por supuesto condenada, porque es arriana (no cree en la divinidad de Cristo) tiene muchos más problemas. Porque claro, al no creer en el Hijo no se cree tampoco en el Espíritu Santo. Y lo que hacen es transformarlo solo en la "fuerza" de Dios. Así, ese "espíritu santo" no sería Persona divina, sino la fuerza del único Dios. Por eso,los que sostienen esto también están peleados con la literalidad del Bautismo de Jesús, que muestra al Espíritu Santo bajando como paloma sobre Jesús. El problema para ellos no es tanto que se abra el Cielo y acontezca algo sobrenatural; el mayor problema es que aparezaca en escena, haciendo acto de presencia, el Espíritu Santo.

    En cambio, nosotros sabemos que sí existió un ser humano que tuvo, desde el principio de su existencia, un contacto pleno con Dios -pero con Dios Uno y Trino-, y ese ser humano es la Virgen María. Ella es el ser humano lleno completamente del Espíritu Santo. Jesús, en cambio, es Dios mismo, que existía antes de la Creación del Mundo, y que se encarnó y se hizo hombre para redimirnos del pecado con su sacrificio, mostrándonos el amor de Dios y enseñándonos con su palabra y su ejemplo.

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  2. Sí, es verdad, tienes toda la razón, esa visión de Jesús que dices se ha extendido muchísimo, y coincide con la moda orientalista new age

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  3. Nuestro entendimiento es inestable y tendente a encontrar un lugar cómodo donde no se nos exija lo que nos fastidia.

    Por eso aparecen los errores. Para justificar nuestras limitaciones y quedarnos satisfechos con ellas.

    La oración y la voluntad resultan imprescindibles. La primera para no alejarnos de Dios y rogar sin pausa que sea El quien nos convierta. La segunda para no dejarnos llevar por las comodidad de nuestras limitaciones.

    El equilibrio no es fácil. Nadie ha dicho lo contrario :)

    Un abrazo en Cristo

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  4. Creo que tienes mucha razón en lo que has escrito, Miserere, y lo has expresado muy bien: la comodidad de nuestro entendimiento. Todos esos cuentos orientalistas son para no tener que dar el salto de la fe hacia el Dios-Otro... Otro... que puede fastidiarme, Otro... que puede pedirme lo que yo no quiero soltar... Y es que nuestro mundo vive en la abundancia y tiene miedo de Dios, tiene miedo de renunciar a su control, porque confía en todas esas baratijas, en toda esa apariencia de control que no vale nada. El rico siempre tiene miedo a abrir la puerta. Sólo quiere conocidos en casa.
    No quiere a Otro. Así que prefiere hablar con ese peluche inanimado y controlado que es el dios-Cosmos. Y hasta algunos, en su desesperación, quieren ver que el peluche les hace muecas, que es "mágico"...

    En fin, la "New Age" es un pantano espiritual que atrapa a mucha gente, un autoengaño masivo.

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