jueves, 15 de abril de 2010


He estado releyendo algunas cosas sobre la biología de pyrrochoris apterus, la chinche de las malvas. Comencé a interesarme por este hemíptero en el campo de la hermana de mi esposa. Las niñas lo traían en las manos y decían: mira, papa, he cogido una mariquita! Al principio, al verlo, pensé que era un coleóptero, pero al comprobar que el campo está lleno de malva silvestre, pensé que podía ser esta chinche. Luego, en casa, lo confirmé. Su diseño me recuerda al escudo carmelitano. En general, es un insecto beneficioso. A finales de febrero sale de sus refugios y se dispersa entre las hojas y flores de la malva. En otoño se reune en grandes comunidades para invernar. Tiene hábitos eusociales. Los artejos de las antenas son especialmente elegantes, largos y esbeltos. En el camino del colegio, juanto al muro del jardín, me entretuve observando varios en la palma de mi mano. Los deposité sobre mi cuaderno de dibujo e hice algunos trazos. Esta chinche, como otros hemípteros, tienes hábitos canívales.

La violencia de unos individuos contra otros de una misma especie. El deterioro sustancial de la naturaleza creada se observa a todos los niveles. Junto a la belleza, coexiste el mal.

La belleza, sin embargo, es desbordante y gratuita, desbordando el concepto utilitarista de selección natural. Dios es artista supremo. En algunas criaturas derrocha formas fabulosas, barrocas. El desarrollo de diseños exuberantes no puede explicarse únicamente en términos de utilidad biológica. El desarrollo del pronoto, por ejemplo, de los membrácidos, demuestra la gratuidad de las formas: existen criaturas cuya belleza es puro goce, puro arte divino.

Asimismo, existen criaturas cuya morfología parece contradecir sus necesidades biológicas. El barroquismo corporal merma la eficacia. Criaturas surrealistas, extrañas, misteriosas, extaídas de un cuento fatástico. Es el caso, por ejemplo, de Gargara genistae, membrácido sobre el que hice un trabajo cursando la asigntura de entomología.

La existencia de una disciplina como la teología natural favorecía la investigación, entre otras cosas, de la presencia del bien y del mal en la etología de los seres vivos, incluso de las plantas. Ante el declive de esta disciplina, pienso la posibilidad de una morfología metafísica de los seres vivos. A esto se dedicó, por ejemplo, Ernst Jünger, escritor, filósofo, botánico y entomólogo

Un primer estudio de morfología metafísica podría tratar sobre la relación que existe entre el exoesqueleto de los insectos y las construcciones y productos de la técnica. Llegará un día en que el ser humano se relacione con los sistemas tecnológicos que usa para desplazarse, trabajar, crear, o incluso entretenerse, cada vez más ligados a su fisiología, como los insectos usan su armadura de quitina.






1 comentario:

  1. Qué razón tienes, al decir que la naturaleza desborda el concepto utilitarista de la selección natural. Las flores se han desarrollado para atraer a los insectos polinizadores, y dijérase que estos insectos tienen un concepto elaboradísimo de la belleza. Las hembras de los pájaros han elegido a los más válidos, y parece que tienen gustos musicales y sentido de la armonía cromática. De lo contrario, el ruiseñor cantaría con sonidos camuflados, el petirrojo sería parduzco, etc. Parece que, en la naturaleza, la belleza se sobrepone al utilitarismo, aunque cueste la muerte.

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