miércoles, 18 de agosto de 2010

Falsas ideas sobre moral

A nuestro alrededor se difunden algunas ideas falsas respecto a la moralidad de los actos humanos que debemos ser capaces de advertir.

Creo que las más importantes, por masivas, son cuatro:
1.- Moral de actitud.
2.- Moral de situación.
3.- Moral de autonomía.
4.- Moral de mínimos.

MORAL DE ACTITUD
Este error consiste en afirmar que lo fundamental es la actitud general de la persona, no sus actos aislados. Se afirma que lo importante es que la persona adopte una opción fundamental de creencia en Dios, de compromiso, y que el cristianismo no es una moral puntual de hechos en sí, sino una forma de vida en actitud de amor.

A este error hay que oponer lo siguiente:

Los actos concretos que realizamos cada momento, cada día, tienen una enorme relevancia para nuestro proceso de perfeccionamiento moral, porque Dios quiere, además de nuestra buena actitud de compromiso con Él, las buenas obras que lo corroboren(Sant. 3, 17-18)

Por otra parte, la libertad humana está herida por las huellas del pecado original y ofuscada por la concupiscencia. Por esto, es necesario ir enderezando nuestra voluntad a Dios mediante actos libres que hagan de la fidelidad puntual a sus mandamientos un acto constante de entrega.

El Magisterio de la Iglesia desautorizó la moral de actitudes en "Reconciliación y Penitencia", 17, de Juan Pablo II, afirmando que: "se comete, en efecto, un pecado mortal también cuando el hombre, sabiendo y queriendo, elige, por cualquier razón, algo gravemente desordenado".

No basta la actitud de amor a Dios, hay que confirmarla constantemente con obras, enderezándonos perseverantemente a Él mediante la realización de actos buenos que confirmen en el espacio y el tiempo de nuestra vida mortal nuestra obediencia a Sus mandamientos.

En definitiva, la opción fundamental de amor a Dios no justifica la realización de actos malos puntuales, pues el acto malo es un rechazo de Dios.

Las personas no nos decidimos por Dios en un solo acto y opción, sino en multitud de actos que realizamos en el tiempo y el espacio de nuestra existencia continua, y así lo largo de todas las encrucijadas morales de nuestra vida, en que hemos de elegir a qué Señor servimos con nuestros actos.

Cualquier acto humano es un acto moral, y por ello todo cuanto hagamos supone un motivo de elección. Que sea Cristo, siempre, la razón de nuestros actos.

3 comentarios:

  1. Durante muchos años me esforcé en ser una "buena cristiana"... en lucha contínua con mis debilidades y defectos.Gracias a un encuentro que tuve hace un tiempo con un sacerdote jesuita mi "modo de ser cristiano" cambió. Él me dijo que "a codos" nada. Podemos esforzarnos y esforzarnos, y llegar a creernos hasta buenos, pero si nuestro corazón por dentro no está consumido en el amor de Dios... nada es. Él nos dará una nueva luz para entender y cambiar nuestros actos. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Creo que el gran error de esta moral que dices, "de actitud", es separar los actos de la actitud. Una actitud sin actos es falsa, no es lo que pretende ser. Si yo pretendo tener una "actitud de amor" hacia una persona, pero no la concreto en actos de amor, mi amor es simplemente falso, está muerto. Eso no significa que tenga que ser perfecto y no fallar; fallar es lo nuestro, pero también levantarnos y luchar.

    Es verdad que "quien ama cumple toda la ley", y que todos nuestros actos no tienen sentido si no son por amor, es más, si no están hechos con el amor mismo que Dios ha infundido en nuestros corazones. Pero ¿qué es amar? ¿es sólo decir que se ama? ¿es un sentimiento? No; amar es una actitud llena de actos de amor. Amar es esforzarse, es luchar a menudo contra nosotros mismos, como tiene que luchar el padre para cuidar a su hijo enfermo por la noche, contra sus apetencias.

    En el fondo, esto de separar actitud y actos es un engaño muy antiguo, tan antiguo como contraponer fe y obras. Es lo mismo. Y ya Santiago y el Espíritu Santo lo refutan en su carta: ¿de qué me sirve desearle a alguien que le vaya bien, si no muevo un dedo para ayudarle? ¿De qué me sirve decir que amo mucho a Dios si no hago lo que Él me dice? Jesús ya nos ha mostrado su amor en la cruz, ahora nos toca a nosotros ser "amigos" suyos, y Él nos dice: "vosotros sois mis amigos si hacéis lo que Yo os digo".

    Dios nos da la gracia para amar, pero esa gracia lo que hace es movernos a esforzarnos. Actitud y actos son inseparables. No siempre somos capaces de vencernos en los actos, pero cuando no conseguimos la victoria, podemnos hacer el acto de arrepentirnos y seguir luchando, que a veces parece que hasta sea más agradable aún al Señor.

    ResponderEliminar
  3. Claro, que el arrepentimiento y la experiencia de la misericordia de Dios, deben llevarnos a la conversión:

    "¿O desprecias la riqueza de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, sin reconocer que esa bondad te debe llevar a la conversión?" (Romanos 2,4)

    ResponderEliminar