jueves, 15 de marzo de 2012

Que la tecnología postmoderna no es neutra, posee potencia antropotrópica de atracción y ha de ser reorientada

La tecnología postmoderna genera productos no neutros, sino activos en cuanto a poder de atracción.

Como en post anteriores, recalco que la idea que pretendo no es afirmar que la técnica sea pecado o sea mala, sino que no es neutra, es decir, que tiene fuerza atractiva y autoexpansiva totalizante y que, por sus principios internos, tiende a penetrar en aspectos cada vez más profundos de la realidad humana

Comencemos.

En la Carta Encícilica Caritas in Veritate, Benedicto XVI realiza una profunda reflexión sobre la técnica (Capítulo Sexto, el desarrollo de los pueblos y la técnica). Los resaltes en negrita son míos.

Recoge de este capítulo algunos pasajes importantes.

En el punto 69 el Papa comenta que la técnica no es mala:

"El problema del desarrollo en la actualidad está estrechamente unido al progreso tecnológico y a sus aplicaciones deslumbrantes en campo biológico. La técnica — conviene subrayarlo — es un hecho profundamente humano, vinculado a la autonomía y libertad del hombre."

Y prosigue:

"La técnica es el aspecto objetivo del actuar humano
[151], cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones"

A continuación nos habla del poder autosuficiente de la técnica, que posee elementos de autonomía propios para atravesar la naturaleza y límites propios de las cosas:

"70. El desarrollo tecnológico puede alentar la idea de la autosuficiencia de la técnica, cuando el hombre se pregunta sólo por el cómo, en vez de considerar los porqués que lo impulsan a actuar. Por eso, la técnica tiene un rostro ambiguo. Nacida de la creatividad humana como instrumento de la libertad de la persona, puede entenderse como elemento de una libertad absoluta, que desea prescindir de los límites inherentes a las cosas. El proceso de globalización podría sustituir las ideologías por la técnica[152], transformándose ella misma en un poder ideológico, que expondría a la humanidad al riesgo de encontrarse encerrada dentro de un a priori del cual no podría salir para encontrar el ser y la verdad."

A continuación el Papa apunta cómo reorientar la técnica fortaleciendo y preparando a la persona para ello:

"La clave del desarrollo está en una inteligencia capaz de entender la técnica y de captar el significado plenamente humano del quehacer del hombre, según el horizonte de sentido de la persona considerada en la globalidad de su ser. Incluso cuando el hombre opera a través de un satélite o de un impulso electrónico a distancia, su actuar permanece siempre humano, expresión de una libertad responsable. "

Y nos habla del poder de atracción de la tecnología, una fuerza atractiva a la cual es necesario responder:

"La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero
la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser."

En el punto 71 habla de una desviación del sentido original de la técnica, que era humanista (y sin duda cristiano y protoevangélico):

"
71. Esta posible desviación de la mentalidad técnica de su originario cauce humanista se muestra hoy de manera evidente en la tecnificación del desarrollo y de la paz"

Es necesaria la fe para ayudar a la razón científica a reorientar la técnica:

"Pero la racionalidad del quehacer técnico centrada sólo en sí misma se revela como irracional, porque comporta un rechazo firme del sentido y del valor. Por ello, la cerrazón a la trascendencia tropieza con la dificultad de pensar cómo es posible que de la nada haya surgido el ser y de la casualidad la inteligencia
[153]. Ante estos problemas tan dramáticos, razón y fe se ayudan mutuamente. Sólo juntas salvarán al hombre. Atraída por el puro quehacer técnico, la razón sin la fe se ve avocada a perderse en la ilusión de su propia omnipotencia. La fe sin la razón corre el riesgo de alejarse de la vida concreta de las personas"

Dejamos aquí por ahora esta meditación sobre la técnica, insistiendo nuevamente en la necesidad de su reorientación teotrópica para humanizarla y devolverle su sentido protoevangélico.

5 comentarios:

  1. Con esto creo que el tema queda más claro, se aclara mejor que la técnica no es mala ni pecaminosa per se (que era creo el motivo de vuestra discrepancia discrepante)

    y que, tal y como vengo afirmando a lo largo de estos post, la técnica no es neutra,

    sino antes bien ejerce un poder de atracción que conduce al ser humano a visiones antropotrópicas de la realidad.

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  2. En fin, creo que no tenéis motivo para seguir discrepando y que podéis volver a enfundar los cuchillos tecnológicos.

    un saludo a la taza o con avellanas

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    1. Por cierto, como yo nunca he afirmado que la técnica fuera mala per se,

      creo que vuestra discrepancia era más bien debida a que parecía que implícitamente se concluía que la técnica era pecaminosa o mala,

      pero con este post creo aclarar que implícitamete tampoco es mala, sino NO-neutra.

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  3. ¿No neutra? ¿Por si misma o a través de nosotros? ¿Que es no neutra? Nuestras acciones o el soporte que utilizamos para realizarlas. Seguimos meditando el tema. Un abrazo :)

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  4. Miserere, dices: "¿Que es no neutra? Nuestras acciones o el soporte que utilizamos para realizarlas que utilizamos para realizarlas?"

    Es una buena pregunta.

    Yo atisbo que la técnica se interconecta con nuestras acciones técnicas, y que esa no neutralidad es como un anillo de poder, aunque no malo per se, como el tolkieniano --sino sólo tentador, que hay que refundir.

    Dice el Papa que "la técnica nunca es sólo técnica".

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