miércoles, 2 de febrero de 2011

Amar a Dios es cumplir sus mandamientos

¿En qué consiste el amor a Dios?

Y en esto consiste el amor: en que vivimos conforme a sus mandamientos” (2 Juan 6)

La Escritura nos enseña qué es el amor a Dios. Dice el Señor:

El que ha recibido mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama” (Juan 14, 21)

El que los ha recibido es el que acepta la autoridad de Cristo, que se hace explícita en Pedro, en que edifica el Señor su Cuerpo visible, que es la Iglesia.
Pues sólo aquel que acepta que Cristo gobierne y tome el mando de su vida, acepta lo que Cristo le manda, aunque le cueste la vida.

Son mandamientos porque obedecerlos es amar. Quien obedece es el que recibe ese mandato de la boca del Señor, que es la Iglesia, y los guarda, es decir, los cumple y permanece en ellos.

Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14, 15)

Guardar los mandamientos es cumplir y hacer que permanezca en nosotros la voluntad de cumplirlos, para permanecer así en el amor al Señor, que es la Vida.

Si no permanecemos en los mandamientos, permanecemos en lo contrario, en el no-Amor al Señor, es decir, en la muerte.

Quien no ama permanece en la muerte” (1 Juan 3, 14)

Cumplir lo que nos manda el Señor, y permanecer en el deseo de seguirlo cumpliendo, nos proporciona el gozo de su Vida.

Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado” (Juan 16, 24)

Pidamos al Señor el amor que queremos darle para gozar de su Vida cumpliendo sus mandamientos. Pues. ¿qué podremos dar nosotros, que no nos haya de dar Él primero?

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