viernes, 25 de noviembre de 2011

Teología de la belleza II. La confusión de los órdenes natural y sobrenatural

La confusión entre el orden de lo natural y el orden de lo sobrenatural es hoy día uno de los errores de base más comunes en el pensamiento católico, y está en el fondo de gran número de ideas y opiniones equivocadas .

De esta confusión procede, por ejemplo, la inclusión del concepto de transcendencia dentro del orden de lo sobrenatural.

Existe un conocer y amar a Dios que son transcendentes, pero no sobrenaturales. En confundirlos consiste el error de Bayo condenado por el Magisterio eclesiástico, D-1034.
La idea errónea de Bayo consiste en afirmar que "La distinción del doble amor, a saber, natural, por el que se ama a Dios como autor de la naturaleza; y gratuito, por el que se ama a Dios como santificador, es vana y fantástica y excogitada para burlar las Sagradas Letras y muchísimos testimonios de los antiguos.

Es incorrecto afirmar que sólo podemos tener acceso a la dimensión transcendente de la existencia (es decir, a Dios) a través de lo sobrenatural . Porque podemos conocer y amar a Dios con nuestras potencias naturales (movidos por la gracia actual o el concurso divino, pero con nuestras potencias naturales, sin concurso de virtudes teologales)

Es incorrecto afirmar que todo conocimiento y gusto amoroso de Dios, sea de índole estética o de índole intelectual, es místico y sobrenatural.

Existe un arte religioso que ES místico PORQUE procede de la vivencia de la Gracia gratuita e inmerecida. Y un arte religioso NATURAL, impropiamente llamado místico, que es mal-llamado místico sólo por metonimia, pero no por esencia.

Porque el alma humana, a través de la contemplación de la belleza, puede trascender NATURALMENTE lo terreno.

Es más, según los principios de la ley natural inscritas en la conciencia, no sólo puede, sino que DEBE llegar a esa transcendencia.

El ser humano es capaz de conocer y amar a Dios por el solo uso de su razón natural y sus potencias naturales. Esto es doctrina católica definida.

El ser humano, pues, es naturalmente capaz de transcendencia.

Peeeeero...

...NO es naturalmente capaz de sobrenaturalidad, es decir, de Gracia.

El Compendio del Catecismo lo enseña de forma clara a modo de preguntas y respuestas. Veámoslo:

"3. ¿Cómo se puede conocer a Dios con la sola luz de la razón?
A partir de la Creación, esto es, del mundo y de la persona humana, el hombre, con la sola razón, puede con certeza conocer a Dios como origen y fin del universo y como sumo bien, verdad y belleza infinita.

4. ¿Basta la sola luz de la razón para conocer el misterio de Dios?
Para conocer a Dios con la sola luz de la razón, el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios ha querido iluminarlo con su Revelación, no sólo acerca de las verdades que superan la comprensión humana, sino también sobre verdades religiosas y morales, que, aun siendo de por sí accesibles a la razón, de esta manera pueden ser conocidas por todos sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla de error.

La conciencia misma es la prueba de la naturalidad de la capacidad transcendente del ser humano.
Por tanto, la capacidad de transcendencia forma parte de la potencia contemplativa natural del hombre. Y no hay que confudirla con la capacidad sobrenatural que nos es infundida por el Santo Bautismo.


CONTINUARÁ (si Dios quiere)

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