jueves, 4 de noviembre de 2010

Sed perfectos

Habéis de ser santos, porque Yo soy Santo (Levítico 11, 45)

Dios nos interpela a través de su Palabra.

Jesús, el Señor, nos habla al oído a ti y a mí, nos dice, con la fuerza y el calor de su divino Corazón:

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto (Mateo 5, 48)

No podemos conformarnos con la mediocridad. Nuestro Señor nos quiere perfectos, santos, y la principal razón nos la da Él mismo a través de su Palabra:

porque Yo soy Santo.

Esta es nuestra motivación.

El Reino de los Cielos no es más que la Vida de la Santidad de Dios; queramos que nuestra fe en Cristo sea plasmada en un conjunto de virtudes sobrenaturales que hagan operativa la caridad en la Gracia, para mayor Gloria de Dios.

Y se consigue a viva fuerza (Mateo 11, 12)

La fuerza de Dios es Cristo. Se adentra en nuestro ser por la Divina Liturgia, y nos da de beber. Anima nuestro vigor, nos llena de su fortaleza, nos empuja.

Nos da de todo lo suyo para que su Vida de Virtud sea nuestra, y alcancemos la perfección a viva fuerza, vitalizados por Él, dándole Gloria a Él.

De nuestro interior no brota el empuje para hacer el bien que deseamos. El ímpetu de perfección no arranca de nuestra naturaleza, pues aunque deseemos ser santos, ponerlo por obra no está a nuestro alcance. Necesitamos la Gracia.

En Romanos nos lo explica el Apóstol:

7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

7:19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

7:20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

7:21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

7:22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Que la santidad de Dios nos inunde.

Lo principal es acudir a la Fuente, estar en Gracia: Eucaristía. Confesión.

Y con la fuerza de Dios, que es Cristo, poner todo nuestro empeño vivo en imitar al Señor.

5 comentarios:

  1. Muy acertado y "casualmente" coincide con una reciente conversación sobre la iniciación cristiana, sobre la evangelización. Ser cristiano es se "perfecto" como Dios es "perfecto", porque es Él el que nos hace "perfectos"; si le dejamos y si lo deseamos ser. Para ser perfectos, para avanzar en esta aventura de ser cristianos nacesitamos apoyarnos en cuatro pilares básicos:
    - La oración (diálogo com Jesucristo)
    - Los Sacramentos (espcialmente la Eucaristía y la Penitencia)
    - La lectura y meditación de la Palabra de Dios.
    - La ayuda a los hermanos.
    Gracias.

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  2. De acuerdo en todo lo que bien dices, amigo Antonio.
    UN abrazo, y a ver si volvemos a encontrarnos por la calle.
    Espero no me veas tropezar con una farola mientras leo por la calle!

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  3. Alonso, si vas a venir a Barcelona con motivo de la visita del Papa, házmelo saber que me gustaría invitarte a algo.

    Un abrazote!

    :]

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  4. Ok. A la visita del Papa no podré ir, pero si voy por allí te lo diré.
    Un saludo

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