sábado, 12 de noviembre de 2011

De cómo el poder de Dios no depende de cantidades ni de números

Hemos visto en las últimas entradas de este blog que hemos de poner toda nuestra esperanza en la gracia , porque la victoria contra las fuerzas del mal que nos asedia (mundo, demonio, carne) pertenece a Dios, pues de Dios es el poder que nos alcanza la victoria. Hemos de pedir al Señor con insistencia la fuerza que necesitamos para vencer a cuanto nos asedia, rogándole nos infunda la humildad y la fidelidad que necesitamos para que nos elija como servidores suyos y nos confiera sus dones.


Uno de estos dones, el del apostolado, nos permite luchar contra el mal por medio de la predicación de la Palabra de Dios.

A partir de estas verdades de nuestra fe, quisiera hacer unas consideraciones acerca del apostolado cristiano, poniendo como ejemplo la lucha por la vida.

Sabemos los cristianos de este siglo que el aborto masivo es una de las plagas que acechan a nuestra sociedad, uno de los peores males que existen. Al aborto masivo se llega por la promiscuidad sexual, promovida por el uso de anticonceptivos. Hay muchos y muy buenos cristianos defendiendo la causa de la vida de múltiples formas.

Y es hora de preguntarse si alguna parte de esa buena y encomiable lucha es o no un verdadero apostolado basado en el poder de Dios, y no un mero voluntarismo fundamentado en fuerzas humanas. Es crucial preguntárselo. Porque en la lucha por la vida, como en cualquier otra causa contra las fuerzas del mal, lo crucial es siempre el poder victorioso de Dios, que hace fecunda toda causa.

Hace algunos meses participamos mi familia y yo en una iniciativa del Proyecto David. El Rosario por la Vida. En una plazoleta, frente a un gran hotel, junto a la playa, nos reunimos unas trescientas personas, hombres, mujeres y niños, a rezar por la vida Un verdadero apostolado por la vida.

De julio a noviembre de este año, tras el evento, he tenido la oportunidad de discutir con algunos cristianos comprometidos en la lucha pro-vida o en actividades humanitarias y parroquiales diversas acerca de este evento, con la sorpresa de haber constatado cómo se ha menospreciado la efectividad del Rosario por la vida alegando la escasa participación y el reducido número de asistentes.

Este argumento debe ser refutado. Es vital refutarlo. Es urgente darnos cuenta del poder de Dios y de la sequedad a que conduce la visión pelagiano-voluntarista que encierra dicho argumento cuantitativo. ¿El escaso número de participantes supone un fracaso?.

En primer lugar, quisiera decir que la afirmación por la que se dice que una acción apostólica contra el mal es más efectiva en función del número de personas que la realicen, no tiene fundamento bíblico-tradicional, y es falsa bajo el punto de vista sobrenatural.
En las entradas de este blog comentadas en el encabezamiento del post hemos visto cómo es el poder de Dios la fuerza que derriba las potencias inmensas del mal, aun con un minúsculo número de efectivos. Pues bien, en un sólo versículo de la oración de Judit se resume todo este argumento falso, refutando que una acción sea tanto más efectiva cuanto mayor sea el contingente humano que la realice.

Veamos el Libro de Judit. Voy a citarlo primero en el latín contundente de la neovulgata:

Judit 9, 11:
Non enim in multitudine virtus tua

Y ahora traducido:

"tu fuerza no está en el número".

Está muy claro. No es por lo multitudinario de las fuerzas y el contingente por lo que actúa el poder de Dios. No es por la cantidad de fuerzas humanas, de recursos humanos, de medios humanos. Puede ayudarse de Él, pero sólo si así lo desea. No es pues necesario, ni lo común en la Providencia divina.
Recordemos algunos pasajes.

Samuel 2, 9: el hombre no triunfa por su fuerza


Especialmente impactante es el pasaje de 1 Macabeos 3, 13:19. Vale la pena leerlo entero.








Claramente lo dice la Palabra de Dios:

La victoria no depende de la cantidad de tropas, sino de la fuerza que viene del Cielo.

O como dice la Neovulgata:

non enim in multitudine virtud tua.

Tu poder, Señor, no consiste en el número, o en la cantidad.

Porque la perspectiva bíblico-tradicional afirma que la victoria reside en el poder de Dios, que no está en el número, sino en la fuerza de su brazo todopoderoso ejercida por la Gracia sobrenatural.
La fuerza del número es clave en el liberalismo, el comunismo, el socialismo… las grandes masas aclamando al líder, los entusiasmos colectivos, la presión del poder popular… El número determina las leyes, la ética de mínimos o máximos, la presión de la opinión pública capaz de transmutar valores y morales. Pero Dios actúa de otra manera.
Invoquémosle, pidamos su ayuda, roguémosle con oraciones, ayunos y sacrificios su divino auxilio, y pidámosle el bien que necesitamos.

Porque el Señor es Todopoderoso y tiene poder.

David se enfrentó al gigante Goliat y le venció con el poder de Dios.

Sigamos su ejemplo.
No podemos pedir al Señor nos auxilie con su poder, si no confesamos su Nombre, si no invocamos su Nombre.

Como hizo David. Como hizo Gedeón, Judit, Judas Macabeo... Como hicieron los grandes héroes de la Escritura en su lucha victoriosa contra las fuerzas del mal con pequeños y reducidos contingenes de tropas del Pueblo de Dios. Como llevan haciendos los santos durante tantos siglos de vida cristiana en plenitud.

Creo que, en general, todo apostolado no confesional está destinado al fracaso. Una lucha así, un apostolado así, natural, aséptico, no confesional, está destinado a perecer. Porque no es bíblico ni tradicional, porque no confía totalmente en el poder de Dios, que dice: reducid vuestras fuerzas, porque cuando sois débiles es cuando sois fuertes, por mi poder en vosotros.

Debemos, pues, cambiar de mentalidad y confiar en Dios. Y a la manera de, primero, el Viacrucis por la Vida, y luego por el Rosario por la Vida, suplicar con todas nuestras fuerzas el auxilio de la fuerza sobrenatural de Dios, Señor de la Vida.

Alabado sea el Señor de los Ejércitos, porque Suya ha sido, es y será siempre la victoria.

9 comentarios:

  1. Cercano Alonso:
    Vosotros sois la sal, la luz y el fermento del mundo...
    Un poco, una pizca es necesario para dar sabor al mundo.
    Lo unico necesario es q hagamos nuestra mision, q no es otra q como dice S Pablo: y mientras nosotros morimos el mundo recibe la vida.
    ANIMO!!!

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  2. Nosotros ponemos nuestro ser como herramienta, el poder y la gloria es únicamente de Dios.

    Un abrazo en Cristo :)

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  3. Cercano Cornelio:

    qué bien lo has expresado. La sal es una pizca, y sin embargo hemos de ser como ella para salar el mundo con el poder de Dios.
    Gracias y un abrazo en Cristo

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  4. Amigo Miserere,

    efectivamente, como bien dices, hemos de ser herramientas en manos de Dios, para mayor gloria suya y bien de nuestro prójimo.

    Un abrazo en Cristo y gracias

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  5. Muchas gracias, Alonso, es una entrada muy acertada. A mí hay dos pasajes bíblicos que me dicen mucho sobre esto. Uno es el Salmo 126:

    "Si el Señor no construye la casa,
    en vano se cansan los albañiles;
    si el Señor no guarda la ciudad,
    en vano vigilan los centinelas.

    Es inútil que madruguéis,
    que veléis hasta muy tarde,
    que comáis el pan de vuestros sudores:
    ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!"

    Estos dos primeros versículos me llenan de alegría y me dan una gran seguridad en el Señor, nuestra Roca. Otro pasaje que me dice mucho es el de Jesús en casa de Marta y María, cuando dice: "Marta, Marta, tú te preocupas y te afanas por muchas cosas, pero sólo una es necesaria" (Lc 10, 41-42). Me acuerdo de ella cuando alguien dice que rezar por la vida no vale para nada, y precisamente es lo único necesario, porque sin el Señor no podemos hacer nada.

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  6. les visito nuevamente, es una bendicion poder compartir la palabra de Dios.
    Un saludo afectuoso desde mi blog
    www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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    1. He visitado su blog, me ha guistado mucho. Veo que vd es evangélica, creo

      Bendiciones

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  7. Alonso, que bueno que enlazaste esta entrada en fb, pues el Señor no anima a trabajar por su Reino.
    Me ha servido de mucho.
    Gracias!!
    DTB!!

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    1. Gracias a ti, un saludo en Cristo y ánimo en el apostolado

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