jueves, 3 de noviembre de 2011

De las virtudes naturales del perro y de su relación con el apostolado cristiano

San Antonio María Claret titula así el Capítulo XVII de su impresionante Autobiografía:

"De algunos animales domésticos de que me he servido para estimularme a la práctica de las virtudes "

Vemos qué virtudes son esas pretende practicar inspirándose en la conducta del mejor amigo del hombre:

"670. Canes muti qui non valuerunt latrare.
1.° El perro es un animal tan fiel y tan constante compañero de su amo, que ni la miseria, ni la pobreza, ni los trabajos, ni otra cosa alguna es capaz de hacerle separar de su dueño. Lo mismo debo hacer yo; tan fiel, tan constante he de ser en el servicio y amor de Dios, que pueda decir con el Apóstol que ni la muerte, ni la vida, ni otra cosa alguna pueda separarme.

671. 2.° El perro es más leal que un hijo, más obediente que un criado y más dócil que un niño. No sólo hace voluntariamente lo que el amo le manda, sino que además mira la cara del amo para conocer su inclinación y voluntad, a fin de cumplirlas sin esperar que se lo mande, lo que hace con la mayor prontitud y alegría, y aún se hace participante de los afectos del amo; por manera que es amigo de los amigos del amo y enemigo de sus enemigos. Yo debo practicar todas estas bellas cualidades en el servicio de Dios, mi querido Amo.

Sí, gustoso haré lo que me mande, estudiaré su voluntad para cumplirla, sin esperar que me mande; ejecutaré con prontitud y alegría todo lo que disponga por sus representantes, que son mis Superiores. Seré amigo de los amigos de Dios y trataré a los enemigos de Dios como El disponga, ladrando contra sus maldades para que desistan de ellas.

672. 3.° El perro vigila de día y por la noche redobla su vigilancia; él guarda la persona del amo y todas las cosas que al amo pertenecen; él ladra y embiste a cuantos conoce o barrunta que pueden perjudicar a su amo y a sus intereses. Yo debo procurar vigilar continuamente y declamar contra los vicios, culpas y pecados, y contra los enemigos del alma.

673. 4.° El perro el mayor gusto que tiene es el estar y el andar a la presencia de su amo. Yo procuraré andar siempre con gusto y alegría a la presencia de Dios, mi querido Amo, y así no pecaré nunca, y seré perfecto, según aquella palabra: Ambula coram me, et esto perfectus ."

De todo ello extrae el santo todo un compendio de virtudes cristianas, según la tradición bíblica: lealtad a la palabra del Señor, obediencia a su Voluntad, ductilidad a su Gracia, vigilancia para no caer en tentación, andar en la presencia del Señor...

Bien, ahora damos un gran salto y nos situamos en el Antiguo Testamento, Libro de los Jueces 7. Reducción del ejército de Gedeón.

Tema: ante una espantosa amenaza enemiga, el Pueblo de Dios ha de lanzarse al combate. El enemigo es inmenso, numeroso como nube de langostas, y fiero y cruel. Los israelitas forman un ejército liderado por Gedeón. Pero atención: el Señor no quiere que luchen con un ejército numeroso, quiere que luchen con un ejército humanamente reducido y débil, para que sea patente que es Él, el Señor, quien les va a dar la victoria. Por eso, Dios les ordena que reduzcan sus fuerzas. Por tanto, Gedeón ha de seleccionar sus soldados. ¿Con qué criterio? ¿Con el criterio que Dios le manda. ¿Cuál es? Veámoslo.

Leamos el pasaje de la Palabra de Dios.









Esta traducción es de la BIBLIA CLERUS. Creo que vale la pena contrastarla con algunas otras. En especial, el pasaje más enigmático, el versículo 6.

En la Sagrada Biblia de la B.A.C. dice "se acucliclló sobre sus rodillas", en lugar de "se arrodilló". Y en el versículo 6 dice "bebieron a lametadas", es decir, como los perros. En la Biblia de Navarra dice ""a todo el que se incline sobre sus rodillas", y habla de beber el agua "lamiéndola con su lengua como hacen los perros".

Podríamos continuar con otras traducciones, pero creo que es suficiente para comprender que:

1. La Escritura pretende resaltar el hecho de beber con la lengua, o a lametadas, como los perros.

2. El hecho de que otros no bebieron como los perros, sino como arrodillándose, y digo "como" porque no es talmente arrodillándose, sino curvándose sobre las rodillas, poniéndose en cuclillas, inclinándose sobre las rodillas. --Se refiere, por tanto, como me apuntaba mi amigo Longinos el otro día en una provechosa conversación sobre Jueces 7, a los que adoran falsamente, a los que no se arrodillan en espíritu y verdad, es decir, a los que no adoran al Dios verdadero, sino que doblan su rodilla, (a los derrotados por su incredulidad o su idolatría).

Por tanto, los que beben el agua de Gedeón como beben los perros (humildemente, lealmente, obedientemente...) son los elegidos para el ejército del Pueblo de Dios.

Si acudimos, para confirmar esto, a la única Biblia autorizada realmente por el Magisterio de la Iglesia, y que no contiene errores, es decir, la Santa Vulgata, vemos que efectivamente se refiere la Escritura a beber con la lengua como los perros, y a doblarse sobre las rodillas:


ALGUNAS CONCLUSIONES A PARTIR DE CUANTO SE HA DICHO

Está claro que el retrato de las virtudes bíblicas del perro que ilustra el comienzo de nuestra entrada nos conduce, de la mano de San Antonio María Claret, a una comprensión tradicional de este pasaje impresionante de la Escritura.

Gedeón sin duda prefigura a Nuestro Señor Jesucristo.

El agua de Gedéon se refiere al Agua de Vida que nos trae Jesús, es decir, a la Gracia, que contiene el poder de Dios, porque Dios mismo nos hace partícipes a través de ella de su Divino Poder.

Por la forma de beber el agua se selecciona a los soldados de Gedeón, a los soldados de Cristo, es decir, a nosotros, sus apóstoles, a nosotros, los cristianos, bautizados en el Agua de Gedeón y alimentados, saciados y fortalecidos por su Gracia.

¿Cuál es la forma apropiada de recibir la Gracia, de forma que no sea vana, sino que sea fructífera, que aumente en nosotros de forma que nos haga apóstoles victoriosos del Señor en la batalla con el mal, mundo, demonio y carne? ¿Cuál es la forma de recibir y aumentar la Gracia que nos da la victoria de Cristo?

La forma apropiada de beber la Gracia, es decir, el Agua de Vida, es como beben los perros: con lealtad, obediencia, fidelidad... con todas las virtudes bíblicas que ejemplifica el perro, tal y como nos expone San Antonio María Claret.

Porque el perro, en este pasaje, es admirable, y no despreciable. Es objeto de elección. Como nos enseña San Agustín en el comentario al salmo 68 explicando este pasaje de Jueces 7:

Canes laudabiles, non detestabiles; fidem servantes domino suo, et pro eius domo contra inimicos latrantes.

¡Vaya! Ya sabemos en quién se inspiró San Antonio María. Comprobamos que el pasaje de nuestro San Antonio María Claret es casi una traducción del pasaje de San Agustín: los perros son dignos de alabanza, no detestables, pues guardan fidelidad a su amo, y con sus ladridos le defienden de los enemigos de la casa... Y sigue casi a la par que el texto agustino.

Y he aquí la grandiosa enseñanza de este pasaje extraordinario de Jueces 7.
Nos la expone el Apóstol en 2 Corintios 12, 10:
"cuando soy débil, entonces soy fuerte."

Qué locura, qué escandalosa doctrina: reducir nuestras fuerzas humanas para ser más fuertes con el poder de Dios. ¿A quién se le podría ocurrir? NO CONFIAR EN NOSOTROS, SINO EN CRISTO VENCEDOR.

Se imagina el hombre carnal que al aumentar sus fuerzas naturales, sus medios materiales, sus recursos técnicos y sus planes y programas humanos, demasiado humanos podrá ser más poderoso. Pero es entonces, precisamente, cuando es más vulnerable. Cuando doblamos la rodilla nos rendimos, nos acuclillamos miedosos, rendidos por nuestra presunción. Y no podemos ser como el perrillo que ama y obedece a su amo hasta la muerte, y siempre anda detrás de él.
Pero si cultivamos con la Gracia divina las virtudes de un humilde perrillo el Señor nos elige para darnos su Gracia y con ella el poder de Dios.

¡Alabado sea el Señor, Dios de los Ejércitos, que concede la victoria a los que humíldemente se acercan a recibir del Agua de Vida, y creen en Él y lo tratan como a su único y verdadero Amo!
¡Gloria a Dios!

4 comentarios:

  1. ¡Qué acertada la relación con las palabra de San Antonio María Claret! Eso de los perros lo tenía en mente, porque no lo entendía y sabía que quería decir algo. Era claro que esa mención del perro quería decir algo porque si no, habría sido innecesaria. Se podría haber dicho que bebieron llevándose la mano a la boca; pero no se incidía en la mano, sino en la lengua, para hacer expresamente la imagen del perro. "Canes laudabiles", como dice San Agustín.

    También aparece el perro, de forma positiva, en el viaje de Tobías (Tobías 5,16). Su perro le acompaña, y más adelante dos veces dice que les seguía (a él y al Ángel). Ahí aparece como una presencia familiar, protectora, fiel.

    Y podemos recordar también que el perro es la figura de la Orden de Predicadores, los dominicos, sin duda por la fidelidad y la constancia.

    Es admirable cómo el "sensus ecclesiae", la Tradición viva de la Iglesia, se complementa con las Escrituras y nos ayuda a entender lo que el Señor nos dice. Me ha encantado este comentario. Enseña mucho todo este capítulo de Jueces. ¡Gloria a Dios!

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  2. Me llama la atención el título que has elegido: "...su relación con el apostolado cristiano". Me da la impresión de que el perro es específicamente símbolo de la predicación, yendo más allá de lo que dice San Antonio María, que son nlas cualidades básicas del perro, sus virtudes. Es curioso que la tradición sobre el nacimiento de Santo Domingo de Guzmán nos cuenta lo siguiente: estando embarazada la beata Juana de Aza (su madre) tuvo un sueño en el que de su vientre salía un perrillo con una antorcha encendida en la boca. Fue a que le lo inerpretara un monje de Santo Domingo de Silos, y éste le dijo que su hijo iba a ser predicador, e iba incendiar el mundo con el fuego de Cristo. Parece que aquel monje identificó ese fuego con aquel que dijo Cristo que vino a traer a la tierra... ¡y al perrillo con el predicador!

    Fíjate cómo actúan los soldados del ejército de Gedeón: rompen cántaros y hacen sonar instrumentos. ¿Qué hace el perro? Anuncia con su ladrido fiero que se acerca el peligro, y también señala con su ladrido alegre que se acerca el amigo.

    Así que creo que has estado especialmente acertado al identificar que este pasaje habla del apostolado, de la predicación que hace huir al mal.

    Hoy estamos rodeados de un ejército como nube de langostas. ¡Y qué poco se predica la verdad! Parece que la verdad es algo ya sabido, que nadie va a hacerle caso, que no sirve para nada, que es como predicar en el desierto. Confiamos más en el número, en ser muchos, en tener algún día poder político... Pero el capítulo 7 de Jueces nos dice que la verdad ha de ser predicada, en minoría o en mayoría, que no nos la callemos, que no tengamos miedo a la nube de langostas. El Padre escoge, llama y unge con su Espíritu Santo a profetas para que, unidos a Cristo, prediquen su verdad, en aparente debilidad, frente al ejército del mal.

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  3. Muchas gracias, Longinos.
    Es verdad cuanto dices de la Tradición.

    Estoy completamente de acuerdo con que Jueces 7 nos habla de predicar la verdad. El ejército de Gedeon es el ejército de los apostoles de Cristo.

    Me sorprende eso que cuentas tan hermoso de Santo Domingo de Guzmán, no sabía nada de eso y me ha alegrado leerlo.

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  4. Gracias disipo mis dudas con sus comentarios al texto del Libro de Jueces

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