sábado, 10 de julio de 2010

Todo en Cristo

Habitamos en una esperanza. A nuestra lado, risas, la vida que pasa, la gente, con sus inquietudes, sus ambiciones, sus proyectos, sus bienes, sus secretos, sus deseos ocultos....

Permanezcamos en nosotros mismos, mirando directamente a Cristo. Permanezcamos en Cristo.

Muchos habitan en deseos, nosotros en esperanza. A nuestro lado, lágrimas, la vida que pasa y sigue pasando, la gente, con sus increencias, sus sueños incumplidos, sus alegrías, sus deseos abiertos a la luz del día y de la noche.

Nosotros permanezcamos en Cristo, nuestro único deseo, nuestro único sueño, nuestra única quietud, nuestro movimiento, nuestra alegría.

Nada queramos, deseemos, gustemos, sino a Él.

Mortifiquemos cuanto de terreno haya en nosotros (Colosenses 3, 5) en perfecta alegría sobrenatural, en gozo indestructible. Y todo cuanto hagamos de palabra o de obra, solos o entre la multitud, hagámoslo en el nombre del Señor Jesús (Colosenses 3, 17)

No hay comentarios:

Publicar un comentario