jueves, 1 de julio de 2010

Cristo, camino del justo


El Señor levanta a los caídos (Sal 145, 10)
Si has caído, no temas, mantente firme en la verdad (Ef 6, 14). El Señor te tiende la mano y te levanta, pues ama a los justos (Sal 145, 8)

Cristo ama a los justos. Cuando se ama a alguien, se le defiende. Es por su amor a ti que el Señor te defiende, te levanta si caes. Te levanta liberándote, pues da libertad a los cautivos (Sal 145, 7). Si has caído, es porque no eres perfecto, no eres libre, tu pie tropieza en el camino. De aquello que te hace tropezar Cristo te libera y te dice: en marcha, y te protege si te calzas los pies para anunciar el Evangelio (Ef 6, 5)

Calzados los pies para anunciar el Evangelio de Cristo (Ef 6, 15) estamos inmersos en una marcha en que Cristo es defensa, escudo, camino de avance, no de tropiezo y caída. Frente al camino de las tinieblas, el camino del Evangelio de la paz, que es el camino de la luz, donde si caes, Cristo te levanta. Es el camino de los justos.

Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores (1 Timoteo 1, 15) Los pecadores no son sino aquellos que van caminando por el camino y caen. A estos vino a salvar el Señor. No es justo sino el que peca y quiere que Cristo le salve y le ayude a no caer más, a no pecar nunca más. El justo es el pecador al que sus pecados atribulan , pues ama a Dios y su pecado le duele.
Tú, si tropiezas y caes, sabes que Cristo te levanta. ¡Cálzate las sandalias del Evangelio, y vive!

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