domingo, 11 de diciembre de 2011

De pensamientos y sinfonías dedicadas a Dios, para escarnio del mundo

La Sinfonía que Bruckner dedica "a Dios". Sabido es cuánto escarnio hubo de sufrir el autor por esta piadosa dedicatoria. Jesús ha de tenérselo en cuenta.
Su Adagio de portentosa belleza y altísima espiritualidad, que Bruckner titula "La despedida de la vida", a modo de adiós, como una ofrenda, resume siglos de música litúrgica bajo una apariencia orquestal, como un gigantesco fresco de iconos sonoros. Difícil encontrar algo tan hermoso, es impresionante cómo empieza a sonar la música desde la nada:

LOS PRIMEROS COMPASES DEL ADAGIO DE LA SINFONÍA 9 DE BRUCKNER son especialmente impresionantes. Cómo la belleza, después de este incio sobrecogedor, va en crescendo hasta llegar a la cúpula de la Sinfonía, y desde allí rompe en acordes maravillosos.

También escucho a menudo el grandioso Te Deum. No me canso de escucharlo. Me sobrecoge especialmente el Aeterna fac . Este año lo he escuchado tantas veces en el tren hacia el trabajo... Siempre tiene resonancias nuevas, matices nuevos, reminicencias litúrgicas nuevas...

Impresiona cuánto fue escarnecido este músico, sin duda por su catolicismo fervoroso. Es curioso en las caricaturas con que le fustigaban, que le dibujasen como a alguien diminuto y grueso, frente a esbeltos Brahms o Wagner, (¡que no pasaban de 1:60, mientras que Bruckner medía 1:75!). Una tarde le arrojaron tomates durante una representación. Pero él vivía para Dios y nada le importaba. Nunca alzó la voz, ni para protestar ni para defenderse. Es hermoso el retrato que le representa arrodillado frente al órgano antes de comenzar a tocar durante los oficios de la Santa Misa.

Recuerdo una Misa en el Puerto de Santa María, cuando yo quería ingresar en la orden de Santo Tomás, en que, durante la Comunión, sonó el Locus iste de Bruckner. Sentí una vivísima impresión sobrenatural, una dulzura espiritual increíble, como si se me abriera el templo y la Iglesia se quedara sin techo.
Locus iste a Deo factus est

Una impresión parecida, de inusitado y delicado fervor, me inundó con el Ave María de este autor, que estuve mucho tiempo escuchando. A mí me parece una música preciosísima, a la altura de la de Victoria.



En la noche del sábado, con la familia ya dormida, continué mi estudio de Bloy. Siempre impresiona. Estoy ya terminando "La Puerta de los Humildes", lectura que me ha ocupado estas últimas semanas.

Recojo algunas perlas preciosas de estos diarios, todas del año 1917:

"Jamás he ocultado ser pobre. Todo el mundo sabe, o puede saber, que vivo únicamente de lo que se me da. No me quejo de ello. ¡Dios me guarde! Pues sé que los pobres son Sus amigos, y cuando pienso en la muerte, no puedo sino considerarlo todo con honda alegría"

Sobre la Comunión de los Santos:

"Todo dolor es una letra de cambio en favor de alguien". "Es absolutamente necesario tener presente que cada vez que se es feliz, hay alguien que paga (con su dolor) por ello, y que cada vez que sufrimos se paga (con el dolor) por alguien".

"le hablo de la necesidad, si se es cristiano, de prepararse para el Martirio"

"Louis Quarré me escribe haciendo votos porque 1917 sea el mejor año de mi vida. Le contesto que si eso ocurre me sorprenderá infinitamente, pues preveo exactamente lo contrario. Pero que si Dios me concede la gracia del Martirio, que más de una vez le he pedido, sus votos se cumplirán".

"Ya no es momento de hacer conjeturas ni proyectos para el porvenir. Sino de orar con todo el corazón y prepararse para el martirio".

"La verdadera sabiduría consiste en hacer simplemente, dócilmente, lo que Dios manda a nuestra alma, en hacerlo como Él quiere y cuando Él lo quiere".

"La palabra exageración, cuando se refiere al amor que debe tenerse a Dios, me parece ininteligible. Es algo así como si me dijera, por ejemplo, que su hija exagera su amor por usted. Yo no quisiera suponer ni por un instante que usted se parece a una de esas personas que dicen que "Dios no pide tanto", que se hace siempre demasiado por Él, y que no hay por qué imitar a los santos."

"La idolatría consise en preferir lo visible a lo Invisible".

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