miércoles, 28 de diciembre de 2011

Anotaciones sobre la idolatría del medio ambiente y el desprecio de las esencias creadas


Lo que sigue son anotaciones sueltas y desordenadas sobre la idolatría del medio ambiente, relacionada con el catarismo, y el desprecio de la naturaleza en cuanto Creación de Dios.

1. A raíz de mis conversaciones con mi amigo Longinos acerca de los enemigos del conocimiento natural de Dios y de la fe, y concretamente sobre el catarismo , ha venido a mi mente la imagen siguiente.
Muchas personas que, hoy día, tienen un vago deseo de creer, son como botánicos que inventan una flora imaginaria, porque creen que la existente y real no puede ser tan perfecta ni tan hermosa SI ES CREACIÓN DE DIOS (y además, es efímera-- se marchita, se pudre, llega un momento en que huele mal!!) .


2. ((--un técnico ambiental me dijo una vez: --Dios no ha creado las plantas, las plantas no necesitan que Dios las crea. la naturaleza se crea a sí misma--)).


3. Botánicos de mirada sucia, por así decir. Porque idolatrar la naturaleza es mirarla con ojos falsos y sucios, convertirla en ídolo, despreciando su naturaleza creada. Hacer que deje de servir de puente al conocimiento natural de Dios.

Y desdeñan el estudio de la botánica real, para entregarse a prácticas alquímicas y pseudocientíficas con la esperanza de hacer realidad sus fantasías y crear un remedo de la realidad, más a su gusto, menos imperfecto, (ya se sabe: plantas que nunca se marchitan, plantas con poderes mágicos, superplantas, deificaciones de plantas, dioses-plantas, con flores de colores inimaginables, árboles de oro y plata, flores de luz fosforescente... ((Véase por ejemplo esa repelente flora artificial y antinatural de la película ecologista Avatar))

4. --No saben de la bondad de la creación, sólo alterada por el pecado.- ¡Curioso, en tiempos de ecologismo y ecoescuela! --Nunca se ha despreciado tanto la naturaleza EN CUANTO CREACIÓN DE DIOS como ahora en que se la endiosa panteísticamente-- por sorprendente que parezca.))

5. Se busca otra realidad. Se busca otro salvador.

6. Nunca más que ahora, pues, en tiempos de ideología ecológica, se desprecia más el mundo creado por Dios, pues deja de verse como lo que es, un mundo de naturalezas creadas, pero dependientes de Dios conservador y providente. El amor idolátrico a la naturaleza convierte la naturaleza en "medioambiente" divinizado, la diosa gea, la madre Tierra. Les parece poco la creación tal cual. Quieren deificarla y la idolatran. En el fondo es desprecio.

7. Una realidad iniciática, mágica, donde la realidad de las cosas no se respeta y puede alterarse a voluntad, como en Harry Potter: niños insolentes que desprecian la esencia de las cosas, que pueden alterar y modificar a su antojo con poderes ocultos que, desde luego, no proceden de Aquel que creó esas esencias y esas naturalezas.--ya sabemos quién anda detrás de ese remedo de la creación, el que San Jerónimo llama "mono imitador de Dios": el Maligno.

8. Loginos ha demostrado que el catarismo, ese escrupuloso desprecio de la Encarnación y sus mediaciones en orden a lo sacro, conlleva un desprecio a la Iglesia y por ello de toda mediación Visible entre el yo y el Otro Absoluto, entre el ego y Dios.
9. El catarismo desprecia a la Iglesia en cuanto mediadora visible, pero es capaz de aceptar una Iglesia vaporosa, invisible, de puros y perfectos escogidos.

Esto se relaciona estrechamente con algunos potentes PREJUICIOS CATARISTAS que la New Age ha inseminado en la mentalidad de las masas. Cito por ejemplo uno:

10. EL ELITISMO INICIÁTICO. Sobrevalorar a los expertos, a los técnicos, a los profesionales. Es el culto idolátrico a la gente experta.

La entrañable figura del naturalista que estudia con piedad y clasifica las plantas, (como nuestro Celestino Mutis) ha sido desplazado por el ecologismo de los técnicos ambientales, que son ahora los naturalistas de laboratorio y "los que entienden".

Se estima más, por ejemplo, la opinión de un teólogo famoso, que la del Magisterio de la Iglesia. Se cree que sabe más de la esencia de las cosas un catedrático televisivo famoso que el sentido común de los buenos cristianos.

Se confía más en las opiniones de un científico divulgativo que cautiva a las masas, que en los verdaderos cientíificos de labor callada y silenciosa.

Para tener opinión sobre la eutanasia, el aborto o la religión, se compran los libros del filósofo de moda que sale en la televisión.

Las películas están plagadas de héroes con poderes inciáticos y mágicos, que domeñan la esencia de las cosas como verdaderos expertos mágicos en la alteración -re-creación- de la naturaleza de las cosas creadas.

Este culto al experto y a supuestos poderes propios de una élite entendida e iniciada deviene en un declive de la razón recta, del sentido común y del conocimiento natural de la naturaleza de los seres creados, incluído el ser humano, y como consecuencia un eclipse de la conciencia y de la ley Natural.

11. --Este desprecio de la naturaleza de las cosas se observa en la obsesión de la cultura contemporánea por la Magia. Harry Potter transforma unos animales en otros, personas en cosas, sustancias en otras sustancias, a la manera de un remedo del Creador. Sólo necesita palabras y conjuros y el poder de una cosa con poderes, en este caso de una varita.

El culto a los expertos y a los iniciados está relacionado con el desprecio a la naturaleza de las cosas, el odio a lo sencillo, a lo natural, a lo normal. Es una búsqueda anormal de novedades artificiales. Una artificialidad. Un tecnicismo. Un odio a LO VIRGINAL, lo auténtico, lo no re-creado. El ecologismo no es sino ideología de expertos y técnicos. Incapacidad de ver unción en lo creado por Dios. Sólo ven valores. IDOLATRÍA DEL MUNDO MATERIAL. El amor a la naturaleza convertido en iniciación gnóstica.

12. El culto a los expertos y a los inciados impregna la cultura antiteísta, y es un síntoma indudable de catarismo, de eso que decía Longinos en su post de "búsqueda directa de los absoluto". --Quien tiene contacto directo con lo absoluto, puede manipular sus poderes creadores, puede alterar la esencia de las cosas. Es un inciado, un ser superior. -- la crítica catarista es: Los cristianos, que aceptan la mediación de la Iglesia, son sólo como un rebaño. No tienen espíritu crítico, ni individualidad, están enajenados.

13. Como vemos, se trata de neo-gnosticismo. Y su causa es la promiscuidad del corazón, una forma sucia y fea de ver las cosas creadas. Todo esto no es mas que mirada sucia. La mirada sucia y negra del pensamiento mágico. La suciedad del corazón proyectada sobre el mundo visible y, luego, sobre la Encarnación de Cristo y por ello sobre la Iglesia, Cuerpo de esa Encarnación.

14. Frente a esto, los cristianos tenemos a nuestra disposición las potentes armas de Cristo. Y junto a ellas, no hemos de descuidar la fuerza del sentido común, cuya acción primera brota con fuerza del poder de la conciencia.

Frente a esto, sin duda, es necesario vitalizar nuestra razón, no la razón técnica, experta o catedrática, e ilustradísima, sino la recta razón iluminada por la fe. La razón sencilla y directa. Y una sana teología, obediente al Magisterio, y luminosa en su autenticidad, puede ayudarnos mucho a combartir estos errores masivos y a descubrir la verdad.Frente a esto, hemos de poner en juego con la Gracia de Dios la virginidad del corazón, que vitaliza la razón recta y da profundidad a nuestro apostolado. Cito unas palabras de Javier Sánchez sobre esto:

"Esa virginidad del corazón le lleva a un uso inteligente de la razón para buscar y entender, para analizar y desglosar, para contemplar y mostrar. (...) Debemos deponer nuestras falsas certezas, nuestra soberbia intelectual, que nos impide percibir la proximidad de Dios”.

Es decir, contra el prejuicio del catarismo, hemos de promover la virginidad del corazón, la limpieza de la mirada, que permita contemplar toda mediación visible con ojos humildes y confiados en el poder de Dios, un conocimiento sencillo y humilde de las cosas. Deponer las falsas certezas, esos prejuicios elitistas que desprecian toda mediación, y deshacer ese prejuicio de suciedad a priori que impide ver a Dios en la proximidad de las cosas creadas, y que no es sino el conocimiento natural de Dios iluminado por la fe.

Frente a esto hay que reivindicar la razón como lo que es. No con exceso. No con defecto. Sino en su justa proporción. Con su potencia, y con su límite. Pero con su potencia intacta no ensuciada.

otra cita de Javier Sánchez Martínez, extraída de una reciente entrada:

"La virginidad del corazón le conduce a estar abierto al Misterio y su razón-inteligencia, por tanto, no se cierra en sí misma, sino que busca más y está abierta a la Verdad. La razón no lo es todo, ni la razón humana puede abarcarlo todo y comprenderlo todo ni siquiera ser la medida de todas las cosas. El criterio de la verdad no es lo que la razón humana pueda entender ni tampoco lo que la razón científica puede demostrar: en el fondo, cerrar la razón al Misterio, es desconfiar de la capacidad de la propia razón de recibir y percibir la Verdad."

15. Y es que el catarismo cierra la razón al Misterio no sólo de la creación, sino de la Encarnación del Verbo, anulando al mismo tiempo la razón natural, y encumbrando la razón técnica y artificial de los expertos.

16. Nada tan lejos del Misterio como el gnosticismo, verdadera promiscuidad del corazón.

¿Acaso no es tiempos de lujuria y promiscuidad cuando más abunda el catarismo? ¿Cuando más se estropea la recta razón? ¿Cuánto más se odia el Misterio?

17. Unas palabras de Jean Corbon:

"La Manifestación en la carne de la plenitud de la Gracia es un Misterio de unción: Cristo. (...) las personas sencillas no pueden dejar de maravillarse".

No dejemos pues de maravillarnos. Seamos sencillos por la Gracia.

El Verbo se ha hecho carne. Y desde entonces, "hay Árboles de Vida que fructifican doces veces, una vez cada mes. Y las hojas de los árboles pueden curar a las gentes" (Ap 22, 1-2)

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