sábado, 10 de diciembre de 2011

Que el mundo odia a Cristo para no hacer la voluntad de Dios

El mundo odia a Cristo.

¿Por qué?

Porque la Gracia de Cristo nos permite hacer lo que Dios quiere que hagamos.

El mundo de hoy no quiere hacer lo que Dios quiere que haga el mundo.

Por eso odia a Aquel por el cual podría hacerlo. Al odiar a Cristo, afirma no querer hacer la voluntad divina y proclama su independencia.

Pero Dios tiene un Plan para nosotros. Si lo aceptamos con obediencia plena, seremos santos; si no lo aceptamos, seremos unos desgraciados y unos malvados y el plan luminoso de Dios se convertirá en una calamidad construída por nuestra desobediencia.

Así, el dolor de Cristo por el mundo es el dolor por la comprobación de cuánto el mundo odia la voluntad divina y qué malvadamente quiere hacer su propia voluntad.

Cristo contempla el deseo de independencia del hombre, y ve que es terrible.

"Dios creó al hombre a Su semejanza para que hagamos lo que Él mismo ha hecho. Y puesto que tomó nuestra naturaleza a fin de morir por nosotros, debemos tomar la Suya (por Gracia) a fin de dar nuestra vida por Él. Lo cual es nuestro deber estricto y absoluto. Pero he aquí que como todo el mundo se niega hoy a ello. Y esa es en resumen la historia contemporánea" (León Bloy, noviembre 1916)

No hay comentarios:

Publicar un comentario