domingo, 19 de febrero de 2012

Que la Lengua Latina es inmutable y el espíritu de vértigo no afecta a su sustancia

La sabiduría grecolatina y su lenguaje propio preambula la recepción del Evangelio, preparando la razón para la acogida de la Verdad y la voluntad para la recepción de la Gracia. Es un hecho al que el Magisterio del Beato Juan XIII, en la Constitución Apostólica "Veterum Sapientia", dio una importancia excepcional:

"La antigua sabiduría encerrada en la literatura de los griegos y de los romanos, así como las preclaras enseñanzas de los pueblos antiguos, deben considerarse como una aurora preanunciadora del Evangelio que el Hijo de Dios, árbitro y maestro de la gracia y de la doctrina, luz y guía de la humanidad[1], ha anunciado en la tierra. En efecto, los padres y los Doctores de la Iglesia reconocieron en esos antiquísimos e importantísimos monumentos literarios, cierta preparación de los espíritus para recibir las riquezas divinas, que Jesucristo en la economía de la plenitud de los tiempos[2] comunicó a los hombres; por consiguiente, con la introducción del cristianismo en el mundo, nada se perdió de cuanto los siglos precedentes habían producido de verdadero, de justo, de noble y de bello. (Veterum sapientia, Primera Parte)"

Parte del legado de la Antigua sabiduría es la lengua latina, una lengua atemporal a la que no afecta el espíritu de vértigo de las fluctuaciones lingüísticas. Así lo expresa Juan XXIII:

"Lengua inmutable

No tan sólo universal sino también inmutable debe ser la lengua usada por la Iglesia. Porque si las verdades de la Iglesia Católica fueran encomendadas a algunas o muchas de las mudables lenguas modernas, ninguna de las cuales tuviera autoridad sobre las demás, acontecería que, varias como son, no a muchos sería manifiesto con suficiente precisión y claridad el sentido de tales verdades, y por otra parte no habría ninguna lengua que sirviera de norma común y constante, sobre la cual tener que regular el exacto sentido de las demás lenguas. Pues bien, la lengua latina, ya desde hace siglos sustraída a las variaciones de significado que el uso cotidiano suele introducir en los vocablos, debe considerarse fija e invariable, ya que los nuevos significados de algunas palabras latinas, exigidos por el desarrollo, por la explicación y defensa de las verdades cristianas, han sido desde hace tiempo determinados en forma estable."

Ya en la Segunda Parte de su documento, Juan XXII nos habla del potencia del latín para captar la esencia de las cosas y aprehenderlas:

"el latín, lengua que por el uso desde hace tantos siglos sabemos que es apropiadísima para explicar con facilidad y con claridad singular la íntima y profunda naturaleza de las cosas"

2 comentarios:

  1. Es triste que el latín desaparezca de la educación general y sólo permanezca en el bachillerato de letras.

    Lo dice una persona de ciencias que sufrió un poco para sacar latín, pero que ha agradecido después las nociones que adquirió.

    Saludos :)

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    1. Es verdad, Miserere, el abandono de las lenguas clásicas en la educación general supone una gran pérdida para la formación integral del alumnado.

      Tanto para las letras como para las ciencias, pues el latín y el griego vertebran todo el lenguaje científico.

      Un abrazo y gracias

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