jueves, 22 de diciembre de 2011

En que recuerda a su madre

Aquella mujer tenía tanta luz en su seno...

Hacía varios años que mi madre había fallecido a los sesenta años. Elegante, lánguida y melancólica, sin embargo siempre alegre...
Melancólico, nervioso e irritable, di un beso a mi esposa, y marché a la playa a tranquilizarme y a orar.

Me descalcé y bajé a la arena pensando con mucho dolor en mi madre.
Caminaba despacio hacia el mar de tinieblas. Pisaba la arena ardiente y dorada esquivando pedazos de conchas, lascas de piedras azules, lacadas y brillantes como fragmentos de oleaje

Me corté en el talón al pisar una ostra quebrada y comencé a sangrar. Una ola de espuma me aclaró la piel y vi el corte, superficial. No hice caso de la herida y volví a caminar hacia el espigón ostionero, donde un velero plateado naufragara tal vez en días antiguos, un día de lluvia torrencial.

Me sentía oprimido, saturado de sombras densas, agobiadas de pasado.

Sea tu Voluntad, Señor... Pero dame algo a cambio de mi madre... te lo ruego...

Sí, mi madre guardaba tanta luz en su seno, que casi reventaba de esplendor.

Muchos años atrás ella solía caminar por este mismo malecón, los días de julio y agosto, conmigo niño y mis hermanos cogidos de la mano. Fátima correteaba las olas y picaba la plata de los charcos de las rocas tostadas de sol.

Mi hermano y yo cogíamos cangrejos moros, camarones, sapos, a veces algún pulpo. Mientras, la madre leía, sentada en la arena, alguna revista o un libro, y nos vigilaba por el rabillo del ojo, siempre pendiente.

Sea tu Voluntad, Señor... Pero dame algo a cambio de mi madre... te lo ruego...

Cerca del Castillo de san Sebastián, donde el Puente Canal, las olas aprietan y las lapas son más grandes; hay quien pesca con grandes cañas sin carrete, como en los viejos tiempos, y quien escarba en la arena, en los boquetes de las piedras, en busca de tesoros.

Comenzó a llover, como el día de mi boda. Levante de cara. Una llamada al móvil. Mi esposa. Estoy bien, dije.

Y me acerco con los pies descalzos al agua fría, al mar del olvido. Pero no lo hay.

Sea tu Voluntad, Señor... Pero dame algo a cambio de mi madre... te lo ruego...

Bajo el arco de entrada un niño blanco y rubio coge cangrejos. Se acerca en cuclillas, roza el papel de vidrio, que se arrugaba en ondas, e introduce un alambrito negro en un pequeño escondrijo. Yo me encamino ya, vacío, hacia el final del espigón. Pero la Caleta me tiene algo reservado. El mar del olvido tiene para mí un tesoro guardado en su azul.

Por el malecón se me acerca un hombre viejo.

—¡Mire, allí! —Y me señala algo en la orilla, en la calita de la curva que tira camino del castillo.

Es una cruz, flotando en el agua. ¿De dónde habría venido? ¿Quién la habría arrojado allí?

Y yo me acerco, bajo otra vez, me acerco a la orilla y veo un crucifijo de madera, como mi brazo de grande, que ha traído una ola a la orilla. La cruz flota entre las olas, se estrella contra una roca, pero no se rompe. El sol refulge en la corona de espinas del Señor de las aguas.

Un anciano mariscaor se acerca. Coge el crucifijo, lo mira y lo remira.

—Quédeselo usted—me dice, y se va, dejando en mis manos un bello crucifijo de madera.

--te he pedido algo a cambio de mi madre, y me has dado tu cruz salvadora, Señor.

De vuelta al hogar la lluvia arrecia y el corte del talón me comienza doler. Yo camino con la cruz que me ha venido del mar del dolor. Y me siento sanado, rehabilitado, fortalecido.

--Has ido al Cielo a enviarme la cruz de mi Señor. ¡Cuánto me quieres, madre!

Aquí vine hace un rato, sin nada en mis manos, sólo cosas que olvidar. Y vuelvo a casa, me voy a mi hogar, con el Señor en las manos.

No me he ido de esta playa con las manos vacías.

5 comentarios:

  1. Cercano Alonso:
    Preciosa entrada!!!!

    Q me he perdido este tiempo??? He visto unos dialogos intensisimos...

    Animo!!! VIVID ALEGRES, EL SEÑOR VIENE YA!!!

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  2. Cercano Cornelio,

    no tardes tanto, que este blog sin tus comentarios no es lo mismo!

    Tengo que tirarte de las orejas, o mandarte una copia, como a mis alumnos...

    Gracias, y un abrazo muy fuerte.

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  3. ¡Que testimonio tan bonito Alonso! Yo podría
    compartir muchas cosas, pero no lo voy a hacer.
    Pero si se puede hacer una idea de como está
    mi alma. Mi madre también murió el 17 de Noviembre.Ahora son unas fechas tan señaladas...
    Todo entregado a Dios, desde Dios, por Dios.
    Dios le bendiga!!!

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  4. !Dios te bendiga Alonso, le damos gracias al Espíritu del Señor que por su bendita gracia te regala este don tan precioso y que generosamente lo pones al servicio de Dios, y que por su gracia nos vemos beneficiados todos los que lo leemos.
    !Gloria a Dios en la alturas!, !hoy nos nace un Salvador!
    Y le doy las gracias al Señor por regalarme el don de la fe y sentir este gozo interior tan grande y especial porque celebramos que Dios se hace hombre para salvarnos y que un día por su gracia y misericordia podremos contemplarlo cara a cara.
    !Feliz Navidad!

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  5. Muchas gracias por tus palabras.
    Desde luego, todo es por gracia y misericordia.
    Laus Deo
    Feliz y Santa Navidad

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