sábado, 17 de diciembre de 2011

En que se continúa el debate, esta vez centrado en la Eucaristía y en la lucha del bien contra el mal.


Por deseo de mi buen amigo Máximo, y debido ante todo a su cordial insistencia, reproduzco aquí, ligeramente enriquecidos, algo de nuestros diálogos.


MÁXIMO: Hola, Alonso, de nuevo nos encontramos. Ayer comenzamos a debatir y no pudimos profundizar mucho en el tema. Hoy tenemos más tiempo.

ALONSO GRACIÁN: Hola Máximo. Ayer la verdad es que nos quedamos con lo mejor del debate suspendido en la última parada de nuestro tren.

MÁXIMO: He de decirte que no estoy nada de acuerdo con esa idea de De Lubac que citaste ayer. No sabía que leyeras a teólogos conservadores.

ALONSO: No creo que De Lubac sea ni conservador ni progresista. Hay cosas en este autor que no comparto, concretamente su filosofía de lo sobrenatural, pero en general su obra es valiosa y de gran precisión doctrinal. Su lectura es provechosa. Además, realiza una crítica a Nietzsche que comparto especialmente.

MÁXIMO: Tú hiciste un trabajo sobre Nietzsche cuando estudiabas filosofía.

ALONSO: Así es. Coincido con las consideraciones de De Lubac acerca de la inhumanidad del humanismo ateo transmutador de valores. Le debo a un sacerdote amigo el haber descubierto a DeLubac. Esa idea importantísima, concretamente, de la edificación de la Iglesia causada por la Eucaristía, se recoge en el Magisterio de la Iglesia, por ejemplo Cat 241

MÁXIMO: Pienso que no es la Eucaristía la que edifica la Iglesia, sino nosotros, la comunidad, la que damos sentido a la Eucaristía y la que edificamos la Iglesia. La Misa es compartir, y al venir a la Misa a compartir creamos unidad. Nosotros edificamos la Iglesia. Aquí reside el humanismo. en darle centralidad a la humanidad entrañable, que diría Castillo.

ALONSO: Bueno, la enseñanza del Magisterio, que De Lubac recoge en el cap. IV de "Meditación sobre la Iglesia", es exactamente esta: la Eucaristía es el corazón de la Iglesia, y de sus latidos de Gracia viven sus miembros y se unifican sus miembros vivos en una sociedad espiritual. No hay humanidad entrañable sin Gracia. Sin Cristo el ser humano está irremediablemente perdido en su voluntad de poder, que siempre es deshumanizadora.

MÁXIMO: No me seas espiritualista. De Lubac es verticalista. Como tú. La unidad fraterna es lo que nos une. Después de la teología de Rahner el verticalismo es un vestigio de la Iglesia medieval.



ALONSO: En el estado actual del hombre adámico, herido por el pecado y enfermo de muerte, toda unión fraterna es imposible sin el auxilio divino de la Gracia. Es la Gracia la que confiere la unión humana, y no la unión humana la que confiere la Gracia.La unidad de la Iglesia es efecto sobrenatural de la Eucaristía, y NO un constructo humano fraterno. Esa unidad es la res sacramenti. la realidad del sacramento, su efecto objetivo. La cruz tiene dos maderos, uno vertical y otro horizontal, que se entrecruzan, formando el signo de la liberación del mal, el signo por el que el Pueblo Santo somos liberados de Egipto, el signo escrito en las puertas del mal para su destrucción.

MÁXIMO: Bueno, verás, yo creo que la solidaridad debe ser el centro de la eucaristía. El problema de la Misa es que debe ser un símbolo de la unión entre todos los hermanos.

ALONSO: Mira, la unión entre hermanos, en el estado actual de la naturaleza caída del ser humano, es efecto de la Gracia, y la Gracia nos viene principalmente por el Sacrificio de Cristo, es decir, por la Eucaristía. Además, has de contar con la presencia activa de las fuerzas del mal, del demonio y sus ejércitos, en esta batalla que, como dice la Gaudium et Spes 37, y nos recuerda a menudo el P. Iraburu, viene librando la humanidad desde los tiempos antiguos contra el poder de las tinieblas. El cristianismo es realista, sumamente realista, porque sabe que, como dice León Bloy, todo en este mundo es incomprensible sin la actuación del Demonio. Es cierto que la Eucaristía es signo (más que símbolo) de unidad, porque la genera sobrenaturalmente.

MÁXIMO: No comparto nada esa visión del cristianismo. Eso del demonio es influencia gnóstica, en especial del maniqueísmo; el cristianismo de los primeros cristianos nada tiene que ver con eso de luchar contra el demonio.

ALONSO: Te equivocas, De hecho, fíjate que fue el propio De Lubac el que nos enseña que el mundo antiguo estaba atormentado por la presencia demoníaca, y que acogió la Buena Nueva de Cristo como una liberación real y efectiva del poder del Demonio. Esto nos lo recuerda Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret.

ALONSO: La presencia dominadora del mal en la tierra herida por el pecado original, y la escalada de poder que el Demonio realiza a través de la historia, es uno de los grandes temas del cristianismo, es el tema central incluso de la cultura y el arte cristiano. Fíjate, por ejemplo, en "El señor de los anillos" de Tolkien. El Demonio, Sauron, pretende dominar a los seres humanos tentándolos a través del anillo de poder, que representa el mal en sí mismo, incorporado al hombre, aunque no como parte esencial del hombre, sino como algo que desea tener. La batalla desigual contra las fuerzas del Señor Oscuro no podrá realizarse sin el auxilio de lo sobrenatural. Fíjate como De Lubac, precisamente, en su crítica al humanismo ateo, habla del poder destructivo del la voluntad de poder de Nietzsche. Es la voluntad de poder, simbolizada por el anillo de poder, desamparada del auxilio sobrenatural, lo que deja al humanismo desamparado ante las fuerzas del mal, significadas por ese afán de dominio.

MÁXIMO: Bueno, y, ¿qué tiene que ver todo esto con lo que empezamos a hablar ayer?

ALONSO: Mucho. Yo te argumenté ayer que la renovación de la Iglesia tiene que venir por el cuidado de la liturgia y no por la transformación de la opinión pública eclesial, como tú argumentabas. Es decir, la renovación viene por la centralidad de la Eucaristía, que libera a los miembros de la Iglesia del poder de las fuerzas del mal y le confiere la Gracia que proporciona el don de la unidad. La división eclesial, producida por la fragmentación litúrgica y la mundanización de la Iglesia, es un elemento perturbador que impide la renovación de la Iglesia.

MÁXIMO: Nada de eso. De nada vale ir a Misa si antes no se comparten nuestros bienes y somos solidarios.

ALONSO: Pero date cuenta que es gracias a la Gracia, que nos proporciona la Eucaristía, por la que somos capaces de compartir y liberarnos de nuestros egoísmos. "No habrá amanecer para los hombres", profetiza el malvado Saruman en "Las dos torres", aludiendo a la victoria del Señor Oscuro sobre el ser humano. Es el pronóstico de Nietzsche en "El crepúsculo de los ídolos". Para Nietzsche, una vez expulsado a Dios, no habrá aurora a no ser que el ser humano fabrique su propios valores en contra de lo ya crepuscular, que es lo divino.

MÁXIMO: Pero Nietzsche no es antihumanista, sino que va contra Dios.

ALONSO: Exactamente, y al ir contra Dios va contra el hombre. El humanismo ateo no es, pues, sino Anti-Teísmo, como señaló ya Dostoievski, tal y como recuerda De Lubac, y en sus Diarios de los años noventa, Ernst Jünger, otro convertido por influencia de Bloy, por cierto..

CONTINUARÁ...

4 comentarios:

  1. ¡Muy bueno!.Yo creo que la Eucaristía , siendo el
    Misterio, y milagro más grande, no nos transforma del todo.
    No la vivimos como debiéramos.
    Pidamos al Señor Alonso que nos dejemos transformar por El.
    Feliz y santo Adviento.

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  2. Ciertamente, debemos dejarnos transformar por Él!

    Gracias y un saludo en el Señor

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  3. El mismo Cristo fue tentado por el diablo. Habría que preguntar a Máximo si desconfía de las Escrituras. Posiblemente tenga dudas sobre el proceso de elaboración y las deje en meras referencias. Referencias de las cuales se puede elegir lo que se adapte a su entendimiento personal.

    Por otra parte, enfrentar a Lubac con Rahner o Castillo, no es más que marear la perdiz. El problema viene de los fundamentos de la Fe de cada cual. Después están los teólogos que sintonizan con el entendimiento de cada cual.

    A partir de esta evidencia ¿Que se puede sacar de una conversación que muestra modelos diferentes e inconciliables? Poco. ¿Constatar que la Iglesia tiene en su seno otras iglesias paralelas? ¿Transmitir afecto y orar para que Dios ilumine y de sentido a la unidad? Poco más.

    Estimado Alonso, no cabe duda que tenemos que orar por la unidad mucho. Más en Navidad.

    Feliz Navidad!!!

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  4. Estimado Miserere:

    Estoy completamente de acuerdo cuando dices que "El problema viene de los fundamentos de la Fe de cada cual." Así es.

    De acuerdo también en que hay que orar. Es cierto que hay modelos difícilmente conciliables. No desespero del diálogo mayéutico, tal vez seamos herramientas de Dios, como tú sueles decir, y el Señor use nuestro diálogo para convertir y producir la metanoia.

    Un abrazo y gracias. Feliz navidad!!

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