jueves, 19 de enero de 2012

De cuál es el fundamento, y que sólo hay uno

"Nadie puede poner otro fundamento que el que ya ha sido puesto, que es Jesucristo". (1 Cor 3, 11).

La Palabra de Dios es tajante y clara.

Nadie puede poner otro fundamento que Cristo.

¿Por qué?

Porque "ningún otro Nombre nos ha sido dado bajo el cielo por el que podamos salvarnos" (Hechos 4, 12)

Sólo un fundamento.

Y ese fundamento no es cosa, valor o idea, sino Persona.

No hemos de poner el fundamento en los valores familiares, ni en los morales, religiosos, culturales, democráticos...

No en "los valores o los mensajes o el "programa ético" " de Cristo,

sino en Cristo mismo.

En su Vida, que es Gracia.

El fundamento es todo Él,

su Alma, su Cuerpo, su Sangre, su Divinidad, su Humanidad...

Su Santa Presencia.

Comulgar a Cristo y alimentarnos de su Gracia.

Ser otro Cristo, de forma que no seamos nosotros, sino Él, quien viva en nosotros.

Aquí está el fundamento.

Lo demás es nada.

4 comentarios:

  1. Efectivamente, el fundamento es Jesucristo. Si así lo reconocemos y dejamos que lo sea realmente en nuestras vidas, seremos fecundos y felices. Lo demás (valores familiares, comportamientos, actitudes, estilo de vida, ...) será consecuencia de la transformación que Cristo hace en nosotros. Por eso el fin principal de toda evangelización, antes o después, es acercarnos y acercar a los demás a la vivencia de los Sacramentos. Un abrazo.

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    1. Querido amigo:

      Efectivamente, el fundamento es Cristo, y nada más.

      Y como muy acertadamente dices, lo demás "será consecuencia de la transformación que Cristo hace en nosotros"

      Comparto totalmente lo que dices: "Por eso el fin principal de toda evangelización, antes o después, es acercarnos y acercar a los demás a la vivencia de los Sacramentos"

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  2. Por eso evangelizar es sencillo, sólo se trata de dejar que Él actúe en nosotros y a través nuestro. Cuando ayudamos a los demás (que también es evangelizar) no somos voluntarios concienciados con una problemática particular ya sea ayudar a inmigrantes, parados, madres con riesgo de aborto, sin techo, etc..., somos unas simples manos al servicio de Jesucristo para que Jesucristo se haga presente también ante los demás. Sin olvidar, como ha dicho D. Rafael (obispo de Cádiz y Ceuta) que "Aunque demos todo lo que tenemos, bien poco da quien no da a Cristo", porque "especialmente, debemos ofrecerle a Cristo y compartir nuestra fe".

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    1. Amigo Antonio,

      Las palabras de don Rafael dan el clavo, y son de antología:

      ""Aunque demos todo lo que tenemos, bien poco da quien no da a Cristo"

      Gracias por recordármelas.

      Un abrazo muy fuerte en el Señor, desde su Madre

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