lunes, 16 de enero de 2012

De nuevo sobre la umbela

Cuando las formas naturales adoptan diseños maquinales, que recuerdan a las estructuras del mundo técnico, hemos de preguntarnos si aquí no se produjo una reducción del sentido, en pos de una ampliación de la utilidad.

En una entrada reciente he comentado el sentido reduccionista de estos diseños, que parecen efecto del pecado original, en nuestra opinión.

Junto a esta reducción de lo gratuito de las formas al determinismo de la utilidad, encontramos asimismo una elevación de la potencia metafísica. Como ejemplo, es común que los diseños maquinales coincidan en especies de alta toxicidad. Es decir, aumenta su capacidad para producir males. Su violencia.

--Y no hemos de confundir estos diseños funcionales con los puramente geométricos, en que sobreabunda lo gratuito, el goce puro de la belleza creatural. --Y el sentido, su razón de ser --que no ha confundirse con la estricta utilidad.

Vemos, pues, a un nivel puramente botánico, cómo las formas reducidas a diseños que recuerdan a mecanismos y estructuras, poseen en su interior altas concentraciones de poder.

Y es que lo maquinal, lo mecanicista, aumenta el dominio y la voluntad de poder, como en el mundo de la técnica.

2 comentarios:

  1. Los católicos hemos perdido un poco el sentido de admirar la belleza de lo natural. Quizás porque no ha habido pocos santos que entraran en este tema, como San Francisco de Asís o San Buenaventura.

    Por cierto, la tesis doctoral del Santo Padre versó sobre San Buenaventura.

    Ahora que la sociedad vende el ambientalismo vacío como sustituto de la trascendencia, es más necesario que nunca mostrar que la naturaleza nos habla de Dios y que además, ha sido puesta a nuestro cargo.

    Lo bonito que sería que hubiera grupos de jóvenes católicos que vivieran su compromiso cuidando la gran obra creadora de Dios. Este tema es un desafío para la Iglesia actual. No podemos dejar que la cultura de la responsabilidad ambiental se impregne de paganismo y fetichismos que sólo atienden a la utilidad egoísta de la obra de Dios.

    A lo mejor me he salido algo del tema de la entrada, pero creo que tiene mucho que ver con la visión mecanicista que tienen tantas personas hoy en día.

    Un abrazo en el Señor :)

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Miserere, en que hay un peligro de paganismo y fetichismo, contagiado sin duda de la New Age.

      Es un desafío como dices recuperar el sentido católico auténtico del amor a la naturaleza, convertido en ideología medioambiental.

      Muchas gracias por tu comentario.

      Un saludo en el Señor

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