martes, 10 de enero de 2012

Hasta el final del mundo

Dios sabe que tenemos un corazón de mármol y que es difícil conmoverlo.

Se espanta del sacrificio que ha de hacer para conmovernos y que creamos.

Suda Sangre.

Sabe que nuestra falsa libertad nos permitirá escupirle, abofetearle, darle empujones, flagelarle de forma que no quede en su cuerpo un palmo sin abrir; coronarle de espinas, hacerle cargar con una cruz y crucificarle en lo alto de un cerro helado y espantoso.

Sabe que sus llagas permanecerán abiertas hasta el final de mundo.

Y que aún así muchos no se conmoverán al verle y preferirán a Barrabás.

Sabe que elegiremos a Barrabás muchas veces.

Pero fijémonos en lo que nos dice:

"18 Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. "

Deja sin embargo que le ignores y desprecies con cada pecado mortal que cometas .

"19 Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,"

Deja sin embargo que calles su Nombre y ocultes la verdad, no se moleste tu amigo, no se escandalice nuestra sociedad.

"20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. "

Deja sin embargo que incumplas todo lo que te manda sin obligarte a cumplirlo a la fuerza.

Y yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo»." (Mt 28, 18:20)

Y aún así no sólo no nos abandona, sino que se queda con nosotros ¡hasta el fin del mundo!,

con nosotros, que le escupimos, le insultamos, le negamos, le azotamos, le hacemos callar por verguenza... le clavamos en unos listones astillados de madera y le invitamos a descolgarse, si es capaz.

...y se queda con nosotros en este Acto constante y único, primero y último de su Sacrificio y nos hace hermanos adoptivos y nos ofrece a su Madre como nueva Madre.

Si todo el universo, desde entonces, gira en torno a este Acto Único de redención, perpetuado y siempre actualizado en cada Misa, ¿cómo es que tú miras para otro lado?

Conmuévete y cree, que aquel al que crucificas con cada traición estará llamando a tu puerta y esperándote hasta el final del mundo.

El Amor de Dios es una locura inimaginable.

6 comentarios:

  1. Muy interesante. Gracias Hacía tiempo que no hallabas algo así :)

    ResponderEliminar
  2. Ofrezcamos nuestros trabajos, cruces, todo lo que El permita en nuestra vida, para colaborar en el
    redención del mundo.¡ Para que EL sea más amado!.
    ¡Muchas gracias!
    Dios le bendiga.

    ResponderEliminar
  3. Longinos:

    Sí, locura inimaginable, que sobrepasa todo conocimiento natural de Dios.

    Un abrazo en Cristo desde María

    ResponderEliminar
  4. George:

    Gracias a ti por tus comentarios siempre amables y por leer lo que escribo.

    Un abrazo en Cristo, desde María

    ResponderEliminar
  5. Marian, efectivamente, hemos de ofrecerlo todo, todo lo que Él permita, para corredimir el mundo, pues somos Miembros del Redentor.

    ¡laus Deo! Y muchas gracias en el Señor por su comentario.

    ResponderEliminar